MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

domingo, 2 de septiembre de 2012

Documento de la lucha del PCCh y el camarada Mao contra el Revisionismo


LAS DIVERGENCIAS SE INICIARON CON EL XX CONGRESO DEL PCUS *

Hay un refrán que dice: “Un solo día frío no basta para congelar el río a tres pies de profundidad.” Naturalmente, las divergencias en el actual movimiento comunista internacional no se inician precisamente hoy día.
La carta abierta del CC del PCUS difunde una versión según la cual las divergencias en el movimiento comunista internacional fueron provocadas por los tres artículos que publicamos en abril de 1960 bajo el título de Viva el Leninismo. Esta es una mentira monstruosa.
¿Cuál es la verdad? La verdad es que ya hace más de siete años se inició toda una serie de divergencias de principio en el movimiento comunista internacional.
Concretamente, estas divergencias se iniciaron con el XX Congreso del PCUS en 1956.
El XX Congreso del PCUS fue el primer paso que dio la dirección del PCUS por el camino del revisionismo. Desde dicho Congreso hasta ahora, la línea revisionista de la dirección del PCUS ha pasado por todo un proceso de aparición, formación, desarrollo y sistematización. Y también por un proceso gradual, la gente ha llegado a comprender más y más a fondo esta línea revisionista de la dirección del PCUS.
Siempre hemos sostenido que muchos puntos de vista planteados en el XX Congreso del PCUS a propósito de la lucha internacional contemporánea y el movimiento comunista internacional, son erróneos y contrarios al marxismo-leninismo.
En particular, la negación total de Stalin so pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad” y la tesis de transición pacífica al socialismo por la llamada “vía parlamentaria”, son crasos errores de principio.
La crítica de Stalin hecha en el XX Congreso del PCUS fue errónea tanto en los principios como en el método.
La vida de Stalin fue la de un gran marxista-leninista, un gran revolucionario proletario. Durante los treinta años posteriores al fallecimiento de Lenin, Stalin fue el principal dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Gobierno soviético, así como el jefe reconocido del movimiento comunista internacional y el abanderado de la revolución mundial. En su vida, cometió algunos errores graves, pero comparados con sus grandes méritos, estos errores son, a pesar de todo, de orden secundario.
Stalin tuvo grandes méritos en el desarrollo de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional. En el artículo “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, publicado en abril de 1956, dijimos lo siguiente:
“Después de la muerte de Lenin, Stalin, como principal dirigente del Partido y del Estado, aplicó y desarrolló en forma creadora el marxismo-leninismo. En la lucha en defensa del legado del leninismo contra sus enemigos –los trotskistas, zinovievistas y otros agentes burgueses- Stalin expresó la voluntad y los deseos del pueblo y demostró ser un destacado luchador marxista-leninista. Si Stalin se ganó el apoyo del pueblo soviético y desempeñó un importante papel en la historia, fue ante todo porque, junto con otros dirigentes del Partido Comunista de la URSS, defendió la línea de Lenin de la industrialización del país soviético y la colectivización de su agricultura. La aplicación de esta línea por el Partido Comunista de la Unión Soviética condujo al triunfo del sistema socialista en el país, y creó las condiciones para la victoria de la Unión Soviética en la guerra contra Hitler. Estas victorias del pueblo soviético correspondían a los intereses de la clase obrera mundial y de toda la humanidad progresista. Era por lo tanto muy natural que el nombre de Stalin fuese altamente honrado en el mundo entero.”
Es necesario criticar los errores de Stalin. Pero, en el informe secreto que pronunció ante el XX Congreso del PCUS, el camarada Kruschov negó por completo a Stalin, cubriendo así de fango a la dictadura del proletariado, al sistema socialista, al gran Partido Comunista de la Unión Soviética, a la gran Unión Soviética y también al movimiento comunista internacional. Lejos de emplear el método de la crítica y autocrítica propio de un partido revolucionario del proletariado, para hacer un análisis y un balance concienzudos y serios de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado, trató a Stalin como a un enemigo y echó a Stalin solo la culpa de todos los errores.
En su informe secreto, Kruschov dijo gran cantidad de mentiras y empleó una demagogia malévola para atacar a Stalin, diciendo que Stalin sufría de “manía persecutoria”, padecía de “arbitrariedad cruel”, emprendía “el camino de las represiones en masa, el camino del terror”, “estudiaba el país y la agricultura tan sólo por las películas” y “planificaba las operaciones con un globo terrestre”, y que la dirección de Stalin se tornó en “un serio obstáculo en el camino de desarrollo de la sociedad soviética”, etc., etc. Borró completamente los méritos que Stalin alcanzó al dirigir al pueblo soviético en la lucha resuelta contra todos los enemigos internos y externos y en la consecución de los grandes éxitos en las transformaciones socialistas y la edificación socialista; borró los méritos que Stalin alcanzó al dirigir al pueblo soviético en la defensa y consolidación del primer Estado socialista del mundo y en la consecución de la gran victoria en la guerra antifascista, y borró los méritos de Stalin en la defensa y el desarrollo del marxismo-leninismo.
Al negar totalmente a Stalin en el XX Congreso del PCUS, Kruschov negó, en esencia, la dictadura del proletariado y las tesis fundamentales del marxismo-leninismo que Stalin había defendido y desarrollado. Fue en el mismo Congreso donde Kruschov, en su informe de balance, comenzó a renegar del marxismo-leninismo en toda una serie de problemas de principio.
En su informe de balance ante el XX Congreso del PCUS, Kruschov planteó la tesis de la llamada “transición pacífica” so pretexto de que se habían producido “cambios radicales” en la situación mundial. Dijo que el camino de la Revolución de Octubre fue “el único justo en aquellas condiciones históricas”, pero como la situación había cambiado, se había hecho posible realizar la transición del capitalismo al socialismo por “el camino parlamentario”. Esta tesis errónea es en esencia una revisión abierta de la doctrina marxista-leninista sobre el Estado y la revolución y una negación abierta de la significación universal del camino de la Revolución de Octubre.
En ese informe, bajo el mismo pretexto de que se habían producido “cambios radicales” en la situación mundial, Kruschov planteó si seguía vigente la tesis de Lenin sobre el imperialismo, la guerra y la paz, desvirtuando en la práctica la doctrina de Lenin.
En ese informe Kruschov describió al Gobierno norteamericano y a su jefe como personas que resistían a las fuerzas de la guerra, y no como representantes de las fuerzas imperialistas de la guerra. Afirmó que “allí (en los EE.UU.) son aún fuertes las posiciones de los partidarios de resolver por la guerra los problemas pendientes y que esos hombres presionan todavía con fuerza al Presidente y al Gobierno”. Y añadió que los imperialistas comenzaban a reconocer que había fracasado su política “desde posiciones de fuerza” y que entre ellos “empiezan a aparecer ciertos síntomas de lucidez”. Esto equivale a decir que el Gobierno norteamericano y su jefe pueden no representar los intereses de la burguesía monopolista norteamericana y pueden renunciar a su política de agresión y de guerra para convertirse en fuerzas defensoras de la paz.
Ese informe declaró: “Queremos tener amistad y colaborar con los Estados Unidos en la lucha por la paz y la seguridad de los pueblos, así como en las esferas económica y cultural.” Este mismo punto de vista erróneo se desarrolló y se tornó más tarde en la línea de “resolver los problemas mundiales mediante la colaboración soviético-norteamericana”.

Tergiversando los principios acertados formulados por Lenin sobre la coexistencia pacífica entre países con distinto sistema social, Kruschov planteó la coexistencia pacífica como “línea general de la política exterior” de la Unión Soviética. Esto significa excluir tanto la ayuda mutua y la cooperación entre los países socialistas como el apoyo de éstos a la lucha revolucionaria de los pueblos y naciones oprimidos, de la línea general de la política exterior de un país socialista. O significa subordinar todo esto a su llamada “política de coexistencia pacífica”.
Toda la serie de problemas planteados por la dirección del PCUS en el XX Congreso de su Partido, especialmente el problema de Stalin y el de la “transición pacífica”, no son, ni mucho menos, asuntos internos del propio PCUS, sino importantes problemas de interés común para todos los partidos hermanos. Sin ninguna consulta previa con los partidos hermanos, la dirección del PCUS sacó arbitrariamente sus conclusiones al respecto, impuso un hecho consumado a los partidos hermanos y, so pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, intervino burdamente en los asuntos internos de los partidos y países hermanos, y subvirtió la dirección de éstos, promoviendo con ello su propia política sectaria y escisionista en el movimiento comunista internacional.
El desarrollo posterior de los acontecimientos ha demostrado con creciente claridad que la violación y la adulteración del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario por parte de los dirigentes del PCUS han brotado de dichos errores.
El Partido Comunista de China ha sostenido siempre opiniones de principio diferentes a las del XX Congreso del PCUS. Esto lo saben muy bien los camaradas dirigentes del PCUS. No obstante, la carta abierta del CC del PCUS afirma que en el pasado el Partido Comunista de China apoyó totalmente al XX Congreso del PCUS, que nosotros hemos “dado un viraje de ciento ochenta grados” en nuestra apreciación del XX Congreso del PCUS y que nuestra posición consiste en “titubeos y vacilaciones” y en manifestaciones “falsas”.
Es imposible que la dirección del PCUS pueda ocultar todo el cielo con una mano. ¡Que los hechos hablen por sí solos!
El hecho es que muchas veces, en conversaciones de orden interno después del XX Congreso del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh criticaron con toda seriedad los errores de la dirección del PCUS.
En abril de 1956, o sea, menos de dos meses después del XX Congreso del PCUS, el camarada Mao Tse-tung expresó nuestras opiniones a propósito de la cuestión de Stalin en dos conversaciones con el camarada Mikoyan, miembro del Presidium del CC del PCUS y con el embajador soviético en China, respectivamente. El camarada Mao Tse-tung subrayó que, en cuanto a Stalin, “sus méritos pesan más que sus errores” y que “es necesario hacer un análisis concreto” y “una apreciación que abarque todos los aspectos”. El 23 de octubre de 1956, al recibir al embajador soviético en China, el camarada Mao Tse-tung señaló que “la crítica de Stalin es necesaria, pero no estamos de acuerdo con el método empleado, y hay algunos otros problemas con los cuales tampoco estamos de acuerdo”.
El 30 de noviembre de 1956, al recibir al embajador soviético en China, el camarada Mao Tse-tung señaló nuevamente que la política y la línea fundamentales del período de Stalin eran correctas y que no se debía tratar a un cama-rada como a un enemigo.
El camarada Liu Shao-chi, en su conversación con dirigentes del PCUS en octubre de 1956, y el camarada Chou En-lai, en su conversación sostenida el 1º de octubre de 1956 con la delegación del PCUS que asistía entonces al VIII Congreso del PCCh y en su conversación sostenida el 18 de enero de 1957 con dirigentes del PCUS, también manifestaron nuestras opiniones acerca de la cuestión de Stalin y criticaron los errores de los dirigentes del PCUS. Estos errores consistían principalmente en que los dirigentes del PCUS “no hicieron en absoluto un análisis cabal” de Stalin; que “no hicieron autocrítica” y que “no consultaron de antemano con los partidos hermanos”.
En conversaciones de orden interno con camaradas del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh han manifestado también nuestras opiniones diferentes respecto al problema de la transición pacífica. Más aún, en noviembre de 1957, el CC del PCCh entregó al CC del PCUS una “Reseña de opiniones sobre el problema de la transición pacífica” por escrito, en la cual expuso cabal y claramente los puntos de vista del PCCh. Además, en numerosas conversaciones de orden interno con camaradas del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh expusieron sistemáticamente nuestros puntos de vista sobre la situación internacional y la estrategia del movimiento comunista internacional, teniendo en cuenta precisamente los errores del XX Congreso del PCUS.
Todos estos hechos son claros como el agua. ¿Cómo puede la dirección del PCUS borrarlos de un plumazo, mintiendo sin sonrojarse?
Tratando de encubrir estos hechos importantes, la carta abierta del CC del PCUS cita ciertas palabras dichas públicamente por los camaradas Mao Tse-tung, Liu Shao-chi y Teng Siao-ping aisladas del contexto, para demostrar que en otros tiempos el Partido Comunista de China apoyó totalmente al XX Congreso del PCUS; pero esto es inútil.

El hecho es que en ningún momento y en ninguna ocasión el Partido Comunista de China ha considerado como totalmente positivo el XX Congreso del PCUS ni ha estado de acuerdo con la negación total de Stalin o con el punto de vista relativo a la transición pacífica al socialismo por el “camino parlamentario”.
Poco después del XX Congreso del PCUS, esto es, el 5 de abril de 1956, publicamos el artículo “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”. Más tarde, el 29 de diciembre del mismo año, publicamos el artículo “Una vez más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”. Estos dos artículos, al mismo tiempo que refutaban las calumnias anticomunistas de los imperialistas y los reaccionarios, hicieron un análisis cabal de la vida de Stalin, confirmaron la significación universal del camino de la Revolución de Octubre, sintetizaron la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y criticaron con eufemismo, pero en términos inequívocos, las tesis erróneas del XX Congreso del PCUS. ¿Acaso no es esto un hecho del dominio público?
Después del XX Congreso del PCUS, el Partido Comunista de China ha mantenido siempre expuesto el retrato de Stalin junto a los de los grandes jefes revolucionarios: Marx, Engels y Lenin. ¿Acaso no es esto también un hecho del dominio público?
Cabe señalar, es cierto, que en bien de la unidad en la lucha contra el enemigo, y en consideración a la difícil situación en que se encontraban los dirigentes del PCUS, al hecho de que la dirección del PCUS aún no había ido tan lejos en su repudio del marxismo-leninismo como lo ha hecho después, nos abstuvimos de criticar públicamente en aquel entonces los errores del XX Congreso del PCUS, puesto que los imperialistas y los reaccionarios de todos los países estaban sacando partido de estos errores para realizar frenéticas actividades antisoviéticas, anticomunistas y antipopulares. En ese tiempo, esperábamos fervientemente que la dirección del PCUS enmendaría sus errores. Por lo tanto, siempre procurábamos encontrarle los aspectos positivos, y públicamente le brindábamos el apoyo que fuese apropiado y necesario.
Aun así, en sus intervenciones públicas los camaradas dirigentes del CC del PCCh expusieron nuestra posición con respecto al XX Congreso del PCUS, subrayando las lecciones positivas y los principios.
La carta abierta del CC del PCUS afirma que en su informe político al VIII Congreso del PCCh, el camarada Liu Shao-chi consideró como totalmente positivo el XX Congreso del PCUS. Pero fue justamente en dicho informe donde el camarada Liu Shao-chi expuso la experiencia de la revolución china y explicó que era erróneo e impracticable el camino de “transición pacífica”.

La carta abierta del CC del PCUS afirma que el camarada Teng Siao-ping, en su informe al VIII Congreso del PCCh acerca de las modificaciones introducidas en los Estatutos del Partido, consideró como totalmente positiva la “lucha contra el culto a la personalidad”, librada en el XX Congreso del PCUS. Pero fue precisamente en dicho informe donde el camarada Teng Siao-ping se detuvo detalladamente en el problema del centralismo democrático del Partido y el de la relación entre jefes y masas, y explicó el consecuente y justo estilo de trabajo de nuestro Partido, lo cual implica una crítica del error de la “lucha contra el culto a la personalidad”, librada en el XX Congreso del PCUS.
¿Qué había de erróneo cuando procedimos de esta manera? ¿Acaso no es ésta precisamente la actitud que debe adoptar un partido marxista-leninista, actitud de perseverar en los principios y en la unidad?
¿Cómo se puede calificar de “titubeos y vacilaciones”, de manifestaciones “falsas” y de “viraje de ciento ochenta grados” esta posición consecuente y justa del Partido Comunista de China con respecto al XX Congreso del PCUS?
Al hacernos semejantes cargos en su carta abierta, quizás el CC del PCUS crea que como sólo unos pocos dirigentes del PCUS están al corriente de nuestras críticas pasadas, es posible negar los hechos registrados y embaucar con la mentira a las amplias masas de los militantes del PCUS y del pueblo soviético. Pero ¿semejante proceder no sirve justamente para testimoniar su propia falsedad?

Texto de septiembre de 1963 por la Redacción del Renmin Ribao y la Redacción de la revista Hongqi del PCCh dirigido por el camarada Mao dentro del documento EL ORIGEN Y EL DESARROLLO DE LAS DIVERGENCIAS ENTRE LA DIRECCIÓN DEL PCUS Y NOSOTROS

Publicado por el blog camarada Odio de Clase 

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