MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

sábado, 22 de septiembre de 2012

LECCIONES HISTÓRICAS DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO


Documento del PCCH dirigido por Mao

Por la Redacción del Renmin Ribao  y la Redacción de la revista Hongqi
(14 de julio de 1964)

LECCIONES HISTÓRICAS DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO

El revisionismo de Jruschov ha causado graves daños al movimiento comunista internacional; al mismo tiempo, sirviendo de ejemplo en el sentido negativo ha educado a los marxistas-leninistas y pueblos revolucionarios del mundo entero.

Si la Gran Revolución de Octubre ha ofrecido la más importante experiencia positiva a los marxistas-leninistas de todos los países y ha abierto el camino a la toma del Poder por el proletariado, el revisionismo de Jruschov a su vez ha dado la más importante experiencia negativa, permitiendo a los marxistas-leninistas del mundo sacar lecciones para prevenir la degeneración del partido proletario y de los Estados socialistas.

En la historia, las revoluciones de todos los países tuvieron sus caídas y recaídas, vueltas y revueltas. Lenin dijo:

“En realidad, ¿puede encontrarse en la historia un solo ejemplo de un modo de producción nuevo que se haya establecido de un golpe, sin una larga serie de fracasos, de equivocaciones, de caídas y recaídas?”1

La historia de la revolución proletaria internacional no ha cumplido todavía un siglo, si se cuenta desde 1871 en que el proletariado de la Comuna de París hizo la primera heroica tentativa de tomar el Poder. Y no ha transcurrido aún medio siglo desde la Revolución de Octubre hasta hoy. La revolución proletaria, que sustituye el capitalismo por el socialismo, la propiedad privada por la social, y que elimina de raíz el sistema de explotación y las clases explotadoras, es la revolución más trascendental en la historia de la humanidad. Es aún más natural que esta revolución que toma el cielo por asalto, pase por graves y enconadas luchas de clases, y aún más inevitable que siga un curso largo y sinuoso, lleno de altibajos.

La historia conoce los casos de la Comuna de París y de la República de los Soviets de Hungría de 1919, casos en que el Poder del proletariado fue derrotado por la represión armada de la burguesía. En nuestros días, ocurrió en 1956 la rebelión contrarrevolucionaria de Hungría y el Poder del proletariado estuvo a punto de caer. La gente percibe con facilidad esta forma de restauración del capitalismo y está relativamente precavida y vigilante ante ella.

Pero hay otra forma de restauración del capitalismo que la gente muy a menudo no percibe con facilidad, no previene ni vigila, y que por lo tanto, entraña un mayor peligro. Se trata del caso en que el país de la dictadura del proletariado, a consecuencia de la degeneración de la dirección del Partido y del Estado, toma el camino revisionista, esto es, el camino de la “evolución pacífica”.

Semejante lección ha sido dada ya hace tiempo por la camarilla revisionista de Tito, que ha hecho degenerar la Yugoslavia socialista en un país capitalista. Sin embargo, la sola lección de Yugoslavia no basta para despertar la plena atención de la gente. Se podría decir que éste quizás fuese un caso fortuito.

Pero ahora, la camarilla revisionista de Jruschov ha usurpado la dirección del Partido y del Estado, y sobre la Unión Soviética, cuna de la Gran Revolución de Octubre, que tiene una historia de varios decenios de construcción del socialismo, se cierne el grave peligro de restauración del capitalismo. Esto da la alarma a todos los países socialistas, incluida China, y a todos los partidos comunistas y obreros, incluido el Partido Comunista de China. Esto inevitablemente despierta poderosamente la atención en la gente y obliga a los marxistas-leninistas y pueblos revolucionarios del mundo entero a pensar con seriedad y a aguzar su vigilancia.

La aparición del revisionismo de Jruschov es una cosa mala, pero, al mismo tiempo, una cosa buena. Siempre que estudien seriamente las lecciones de la “evolución pacífica” que lleva a cabo la camarilla revisionista de Jruschov en la Unión Soviética y adopten medidas apropiadas, los países donde el socialismo ha triunfado y aquellos que emprendan el camino socialista serán capaces no sólo de frustrar los ataques armados de los enemigos, sino también de prevenir la “evolución pacífica”. Y se hará aún más seguro el triunfo de la revolución proletaria mundial.

El Partido Comunista de China tiene ya 43 años de existencia. En su prolongada lucha revolucionaria, nuestro Partido ha combatido tanto los errores del oportunismo de derecha como los errores del oportunismo de “izquierda”, y ha establecido la dirección marxista-leninista del Comité Central del Partido con el camarada Mao Tse-tung a la cabeza. El camarada Mao Tse-tung, combinando estrechamente la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución y construcción de China, ha dirigido al pueblo chino en la conquista de una victoria tras otra. El Comité Central del Partido Comunista de China y el camarada Mao Tse-tung nos han enseñado cómo debemos luchar infatigablemente, en los terrenos teórico, político, organizativo así como en el trabajo concreto, contra el revisionismo a fin de prevenir la restauración del capitalismo. El pueblo chino ha pasado por una larga lucha armada revolucionaria y tiene una gloriosa tradición revolucionaria. El Ejército Popular de Liberación de China está armado con el pensamiento de Mao Tse-tung y mantiene íntimas relaciones con las masas populares. Gran número de los cuadros del Partido Comunista de China ha sido educado y templado en las campañas de rectificación del estilo de trabajo y en la aguda lucha de clases. Estos factores hacen muy difícil la restauración del capitalismo en nuestro país.

Pero, tenemos que ver: ¿es del todo pura nuestra sociedad actual? No, no lo es. Aún existen clases y lucha de clases. Aún prosiguen las actividades de las clases reaccionarias derrocadas que conspiran para restaurar su Poder. Aún se observan actividades especulativas de los nuevos y viejos elementos burgueses, ataques desesperados de los malversadores, desfalcadores y elementos degenerados. También hay casos de degeneración en algunas organizaciones de base. Y lo que es más, los elementos degenerados hacen lo imposible por encontrar protectores y agentes suyos en las organizaciones dirigentes superiores. Frente a estos fenómenos, no debemos relajar ni en lo más mínimo nuestra vigilancia, sino estar siempre alerta.

En los países socialistas, es inevitable la lucha entre los dos caminos: el socialista y el capitalista y la lucha entre las fuerzas capitalistas que procuran su restauración y las fuerzas que se oponen a ella. Pero de ninguna manera es inevitable la restauración del capitalismo en los países socialistas y su degeneración en países capitalistas. Siempre que tengamos una acertada dirección y una correcta comprensión de este problema, persistamos en la línea revolucionaria marxista-leninista, tomemos medidas acertadas y mantengamos una lucha prolongada e incansable, podemos evitar la restauración del capitalismo. La lucha entre los dos caminos: el socialista y el capitalista, puede convertirse en una fuerza motriz del progreso social.

¿Cómo se puede prevenir la restauración del capitalismo? En cuanto a este problema, el camarada Mao Tse-tung ha formulado una serie de teorías y principios políticos al resumir la experiencia práctica de la dictadura del proletariado en China y estudiar la experiencia positiva y negativa de otros países, principalmente de la Unión Soviética, con arreglo a los principios básicos del marxismo-leninismo. Así ha enriquecido y desarrollado la doctrina del marxismo-leninismo sobre la dictadura del proletariado.

El contenido principal de las teorías y principios políticos formulados por el camarada Mao Tse-tung al respecto es el siguiente:

1. Hay que aplicar la ley marxista-leninista de la unidad de los contrarios en el estudio de la sociedad socialista. La ley de la contradicción en las cosas y fenómenos, o sea, la ley de la unidad de los contrarios es la ley fundamental de la dialéctica materialista. Esta ley rige por doquier, tanto en la naturaleza, como en la sociedad humana, como en el pensamiento del hombre. Los contrarios en una contradicción, forman una unidad a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa el movimiento y el cambio de todas las cosas. Ni la sociedad socialista es una excepción. En la sociedad socialista existen dos tipos de contradicciones sociales: contradicciones en el seno del pueblo y contradicciones entre nosotros y el enemigo. Estos dos tipos de contradicciones sociales son de naturaleza absolutamente diferente, y los métodos para resolverlas deben ser diferentes también. Su acertada solución fortalecerá crecientemente la dictadura del proletariado, y consolidará y desarrollará diariamente la sociedad socialista. Muchos reconocen la ley de la unidad de los contrarios, pero no son capaces de aplicarla en el estudio y solución de los problemas de la sociedad socialista. Se niegan a reconocer que en la sociedad socialista existen contradicciones y que en ella no sólo existen contradicciones entre nosotros y el enemigo sino también contradicciones en el seno del pueblo, y no saben distinguir ni resolver de manera acertada estos dos tipos de contradicciones sociales; por eso tampoco pueden resolver con acierto el problema de la dictadura del proletariado.

2. La sociedad socialista abarca un período histórico muy largo. En esta sociedad aún existen clases, la lucha de clases y la lucha entre el camino del socialismo y el del capitalismo. La revolución socialista realizada sólo en el frente económico (en la propiedad sobre los medios de producción) no es suficiente ni sólida. Hace falta además una revolución socialista completa en los frentes político e ideológico. Es necesario un período muy largo para resolver el problema de “quién vencerá a quién”: el socialismo o el capitalismo en los frentes político e ideológico. Para conseguir el éxito no bastan unos decenios, se necesitarán de cien a centenares de años. En cuanto al tiempo, más vale prepararse para un período mayor que uno menor; en cuanto al trabajo, más vale considerar preferentemente la tarea como difícil que como fácil. Pensar y actuar de esta manera es más provechoso y menos perjudicial. Si esta situación no se comprende bien, o, si no se comprende en absoluto, puede llegarse al más grave de los errores. Durante la etapa histórica del socialismo hay que mantener la dictadura del proletariado y llevar hasta el fin la revolución socialista, y sólo así se podrá prevenir la restauración del capitalismo, realizar la construcción socialista y preparar las condiciones para el paso al comunismo.

3. La dictadura del proletariado está dirigida por la clase obrera y basada en la alianza de los obreros y los campesinos. Significa que la clase obrera y el pueblo por ella dirigido ejercen la dictadura sobre las clases reaccionarias, los reaccionarios y los elementos que resisten a las transformaciones y a la construcción socialista. En el seno del pueblo se practica el centralismo democrático. Esta democracia nuestra es la democracia más amplia, una democracia que es imposible en ningún Estado burgués.

4. En la revolución y construcción socialista, es necesario seguir la línea de masas, movilizar con audacia a las masas y desplegar movimientos de masas en gran escala. La línea de masas: “de las masas, a las masas”, es la línea fundamental de nuestro Partido en todos sus trabajos. Es necesario tener firme confianza en la mayoría del pueblo, en primer lugar en la mayoría de las masas básicas -los obreros y campesinos. Es necesario saber consultar con las masas en el trabajo y no separarse de ellas jamás. El autoritarismo y la actitud del benefactor deben ser combatidos. La libre y franca exposición de opiniones y el amplio debate son una importante forma de lucha revolucionaria creada por nuestro pueblo en el curso de su larga lucha revolucionaria, una forma de lucha para resolver, apoyándose en las masas populares, las contradicciones en el seno del pueblo y las contradicciones entre nosotros y el enemigo.

5. Tanto en la revolución socialista como en la construcción socialista, es necesario resolver el problema de en quién apoyarse, a quién ganarse y contra quién luchar. El proletariado y su vanguardia deben hacer un análisis de las clases de la sociedad socialista, apoyarse en las fuerzas dignas de toda confianza que siguen con firmeza el camino socialista, ganarse a todos los aliados que son susceptibles de ser ganados, y unirse con las masas populares que forman más del 95 por ciento de la población en la lucha común contra los enemigos del socialismo. En el campo, después de la colectivización de la agricultura, sólo apoyándose en los campesinos pobres y la capa inferior de los campesinos medios, se puede consolidar la dictadura del proletariado y la alianza de los obreros y los campesinos, derrotar a las fuerzas capitalistas espontáneas y consolidar y ampliar sin cesar las posiciones del socialismo.

6. Hay que llevar a cabo extensa y repetidamente la campaña de educación socialista en la ciudad y en el campo. En esta campaña de educar continuamente al hombre, se debe saber organizar las fuerzas de clase revolucionarias, elevar su conciencia de clase, resolver de manera acertada las contradicciones en el seno del pueblo, y unirse a todos aquellos que sean susceptibles de ser unidos. En esta campaña, se debe desplegar una aguda lucha, respondiendo medida por medida, contra las fuerzas capitalistas y feudales hostiles al socialismo, contra los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios y derechistas burgueses, y contra los malversadores, desfalcadores y elementos degenerados, hacer fracasar sus ataques al socialismo y transformar la mayoría de ellos en nuevas gentes.

7. Una de las tareas fundamentales de la dictadura del proletariado consiste en desarrollar tesoneramente la economía socialista. Guiados por la política general de desarrollar la economía nacional con la agricultura como base y la industria como factor dirigente, debemos modernizar gradualmente la industria, agricultura, ciencia, técnica y defensa nacional. Y sobre la base del desarrollo de la producción debemos mejorar en forma gradual y extensiva la vida de las masas populares.

8. La propiedad de todo el pueblo y la propiedad colectiva son dos formas de la economía socialista. El paso de la propiedad colectiva a la de todo el pueblo, el paso de las dos formas de propiedad a la propiedad única de todo el pueblo, es un proceso de desarrollo bastante largo. La propiedad colectiva de por sí también tiene un proceso de desarrollo: de lo inferior a lo superior y de lo pequeño a lo grande. La comuna popular, creada por el pueblo chino, es una forma de organización apropiada para resolver el problema de la transición.

9. La política de “que cien flores se abran; que compitan cien escuelas ideológicas” es una política que estimula el progreso del arte y de la ciencia y el florecimiento de la cultura socialista. La enseñanza debe servir a la política del proletariado, debe combinarse con el trabajo productivo. Los trabajadores deben adquirir conocimientos científicos, y los intelectuales, incorporarse al trabajo manual. En los círculos científicos, culturales, artísticos y educacionales, la lucha por promover la ideología proletaria y destruir la ideología burguesa, es también una larga y áspera lucha de clases. Debemos formar un amplio ejército de intelectuales de la clase obrera que sirvan al socialismo y que sean “rojos y calificados”, es decir, políticamente conscientes y profesionalmente idóneos, en el curso de la revolución cultural y la práctica revolucionaria de la lucha de clases, la lucha por la producción y el experimento científico.

10. Hay que atenerse firmemente al sistema de la participación de los cuadros en el trabajo productivo colectivo. Los cuadros de nuestro Partido y Estado son trabajadores comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo. Participando en el trabajo productivo colectivo, los cuadros mantienen los vínculos más amplios, constantes y estrechos con el pueblo trabajador. Esta es una gran medida de importancia fundamental del sistema socialista y contribuye a superar el burocratismo y a prevenir el revisionismo y el dogmatismo.

11. No se debe aplicar en modo alguno el sistema de altas remuneraciones respecto a un pequeño número de personas. Hay que disminuir razonable y gradualmente, en lugar de ampliar, la distancia entre los ingresos individuales de los funcionarios del Partido, Estado, empresas y comunas populares y los de las masas populares. Hay que evitar que los funcionarios disfruten de privilegios abusando de su poder.

12. Las fuerzas armadas populares de un país socialista deben estar siempre bajo la dirección del partido proletario y bajo la supervisión de las masas populares, y mantener eternamente la gloriosa tradición del ejército popular, la unidad entre el ejército y el pueblo, y la unidad entre oficiales y soldados. Deben atenerse con firmeza al sistema de que todo oficial servirá como soldado raso a intervalos regulares. Deben practicar la democracia en lo militar, lo político y lo económico. Al mismo tiempo se debe organizar y entrenar ampliamente las milicias y aplicar el sistema de tener armado al pueblo en su conjunto. El fusil debe estar siempre en manos del Partido y del pueblo y es absolutamente inadmisible que se convierta en instrumento de individuos ambiciosos.

13. Los órganos de segundad pública del pueblo deben estar siempre bajo la dirección del partido proletario y bajo la supervisión de las masas populares. En la lucha por "la defensa de los frutos del socialismo y los intereses del pueblo, se debe adoptar la política de apoyarse en los esfuerzos combinados de los órganos de seguridad y de las amplias masas populares para así no dejar escaparse a un solo elemento malo ni agraviar a ningún hombre bueno. Los contrarrevolucionarios deben ser reprimidos siempre que se les encuentre y los errores deben ser corregidos siempre que se descubran.

14. En cuanto a la política exterior, hay que atenerse con toda firmeza al internacionalismo proletario y oponerse al chovinismo de gran potencia y al egoísmo nacional. El campo socialista es producto de la lucha del proletariado internacional y de los pueblos trabajadores. El campo socialista pertenece no sólo a los pueblos de los países socialistas, sino también al proletariado internacional y a los pueblos trabajadores. Hay que llevar realmente a la práctica las consignas combativas: “¡Proletarios de todos los países, uníos!” y “¡Proletarios y naciones oprimidas de todo el mundo, uníos!”; luchar con resolución contra la política anticomunista, antipopular y contrarrevolucionaria del imperialismo y la reacción mundial y apoyar y ayudar a la lucha revolucionaria de las clases y naciones oprimidas del mundo entero. Las relaciones entre los países socialistas deben basarse en los principios de la independencia y la completa igualdad y en los principios del apoyo recíproco y la ayuda mutua dentro del espíritu del internacionalismo proletario. En la construcción, todo país socialista debe apoyarse principalmente en sus propios esfuerzos. Si un país socialista da rienda suelta al egoísmo nacional en su política exterior e incluso trabaja afanosamente por coludirse con el imperialismo para repartirse con él el mundo, ese país degenera y traiciona el internacionalismo proletario.

15. Como vanguardia del proletariado, el partido comunista debe existir a la par que la dictadura del proletariado. El partido comunista es la forma más alta de organización del proletariado. El papel dirigente del proletariado se realiza a través de la dirección del partido comunista. En todo centro de trabajo se debe aplicar el sistema de la dirección del comité del Partido. Durante el período de la dictadura del proletariado, el partido proletario debe mantener y desarrollar vínculos estrechos con el proletariado y las grandes masas trabajadoras, conservar y fomentar su vigoroso estilo revolucionario, atenerse con firmeza al principio de combinar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de su propio país y perseverar en la lucha contra el revisionismo, el dogmatismo y el oportunismo de todos colores.

En virtud de las lecciones históricas de la dictadura del proletariado, el camarada Mao Tse-tung señala:

“La lucha de clases, la lucha por la producción y el experimento científico son tres grandes movimientos revolucionarios para construir un poderoso país socialista. Estos movimientos constituyen una real garantía de que los comunistas se verán libres del burocratismo y serán inmunes contra el revisionismo y el dogmatismo, y permanecerán siempre invencibles. Son una garantía segura de que el proletariado será capaz de unirse con las amplias masas trabajadoras y practicar una dictadura democrática. Si, en ausencia de estos movimientos, estuviese permitido que surgiesen los terratenientes, campesinos ricos, contrarrevolucionarios, elementos malos y ogros de toda clase, mientras nuestros cuadros cerrasen los ojos a todo esto y en muchos casos incluso no distinguieran entre los enemigos y nosotros, sino que colaboraran con ellos y quedaran corrompidos y desmoralizados; si con ello nuestros cuadros fueran arrastrados al campo enemigo o el enemigo lograra colarse en nuestras filas, y si muchos de nuestros obreros, campesinos e intelectuales fueran dejados indefensos ante las tácticas blandas y las tácticas duras del enemigo, entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez sólo algunos años o una década, o varias décadas a lo sumo, para que ocurriera inevitablemente una restauración contrarrevolucionaria en escala nacional, el partido marxista-leninista se transformará en partido revisionista o partido fascista, y toda China cambiara de color.”2

El camarada Mao Tse-tung plantea que, para asegurar que nuestro Partido y nuestro país no cambien de color, debemos no sólo tener una línea y política correctas, sino también preparar y forjar decenas de millones de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado.

El problema de preparar continuadores de la causa revolucionaria del proletariado, en el fondo, se trata de si la causa revolucionaria marxista-leninista iniciada por los revolucionarios proletarios de la vieja generación tiene quien la siga llevando adelante, si la dirección de nuestro Partido y Estado seguirá en manos de los revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes continuarán marchando adelante por el correcto camino trazado por el marxismo-leninismo, o sea, si podemos precavernos con éxito contra una repetición del revisionismo de Jruschov en China. En una palabra, se trata de un problema importantísimo que afecta al destino y a la misma existencia de nuestro Partido y nuestro Estado. Se trata de un problema de importancia fundamental para la causa revolucionaria de proletariado para cien, mil e incluso diez mil años. Inspirados en los cambios operados en la Unión Soviética, los augures imperialistas ponen su esperanza de la “evolución pacífica” en la tercera o cuarta generación del Partido chino. Hemos de hacer fracasar completamente este vaticinio imperialista. Tenemos que prestar atención, de arriba abajo, amplia y constantemente, al problema de preparar y forjar continuadores de la causa revolucionaria.

¿Qué requisitos tienen que poseer los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado?

Deben ser verdaderos marxistas-leninistas y, no ser, como Jruschov, revisionistas bajo el rótulo del marxismo-leninismo.

Deben ser revolucionarios que sirven de todo corazón a la inmensa mayoría de las masas populares de China y del mundo y, no servir, como Jruschov, a los intereses de una exigua capa social burguesa privilegiada en el país, y a los intereses de los imperialistas y reaccionarios en el terreno internacional.

Deben ser políticos proletarios capaces de unirse a la inmensa mayoría para trabajar con ella. Deben saber unirse en el trabajo no sólo con los que compartan sus opiniones, sino también con los que mantengan opiniones diferentes, así como con aquellos que se hayan opuesto a ellos y que la práctica les haya probado sus errores. Sin embargo, deben mantener especial vigilancia contra los individuos ambiciosos y conspiradores como Jruschov y evitar que tales malvados usurpen la dirección del Partido y del Estado a ningún nivel.

Deben ser ejemplares en la aplicación del centralismo democrático del Partido, dominar el método de dirección basada en el principio de “de las masas, a las masas”, cultivar un estilo democrático de trabajo y escuchar la opinión de las masas. No deben violar el centralismo democrático del Partido, ni ser despóticos, ni organizar ataques sorpresivos a los camaradas, ni desentenderse de razones, ni tampoco practicar la autocracia, como lo hace Jruschov.

Deben ser modestos y prudentes, guardarse de la arrogancia y de la precipitación, estar provistos del espíritu autocrítico, ser valientes en corregir las deficiencias y errores en el trabajo. No deben en absoluto ocultar sus errores, atribuirse todos los méritos a sí mismos e imputar todas las culpas a otros, como lo hace Jruschov.

Los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado nacen de la lucha de masas y crecen en la prueba de las grandes tempestades revolucionarias. Se debe comprobar y discernir a los cuadros y seleccionar y formar a los continuadores en el largo curso de la lucha de masas.

Toda esta serie de antedichos principios formulados por el camarada Mao Tse-tung constituye un desarrollo creador del marxismo-leninismo, y una nueva arma agregada al arsenal teórico del marxismo-leninismo, una nueva arma que tiene importancia decisiva para garantizarnos contra la restauración del capitalismo. Siguiendo estos principios, se puede consolidar la dictadura del proletariado, asegurar que nuestro Partido y Estado jamás cambien de color, y garantizar el feliz cumplimiento de la revolución y construcción socialistas, la ayuda al movimiento revolucionario de los diversos pueblos del mundo para derribar al imperialismo y sus lacayos y, en el futuro, la transición del socialismo al comunismo.

* * *

La actitud de nosotros, los marxistas-leninistas, ante la aparición de la camarilla revisionista de Jruschov en la Unión Soviética, es la misma que ante cualquier “desorden”: Primero, estamos en contra; segundo, no lo tememos.

No lo deseábamos y estamos en su contra; pero, como la camarilla revisionista de Jruschov ha surgido ya, esto no tiene nada de temible ni hay necesidad de alarmarse. La Tierra seguirá girando como siempre. La historia continuará su marcha progresiva. Los pueblos del mundo entero harán la revolución. El imperialismo y sus lacayos terminarán inevitablemente aniquilados.

Las contribuciones históricas del gran pueblo soviético resplandecerán por miles y miles de años, y no serán oscurecidas en modo alguno por la traición de la camarilla revisionista de Jruschov. Las grandes masas de obreros, campesinos, intelectuales revolucionarios y comunistas de la Unión Soviética vencerán indefectiblemente todos los obstáculos que encuentren en su camino de avance y marcharán hacia el comunismo.

El pueblo soviético, los pueblos de los países socialistas y los pueblos revolucionarios del mundo entero, sacarán lecciones provechosas de la traición de la camarilla revisionista de Jruschov. En la lucha contra el revisionismo de Jruschov, el movimiento comunista internacional, se ha vuelto y seguirá volviéndose más poderoso que nunca.

Los marxistas-leninistas siempre han mantenido una actitud de optimismo revolucionario hacia el porvenir de la causa revolucionaria del proletariado. Estamos firmemente convencidos de que el esplendor de la dictadura del proletariado, del socialismo y del marxismo-leninismo, iluminará la tierra soviética. El proletariado conquistará todo el mundo y el comunismo logrará la completa y cabal victoria final en nuestro planeta.

1/ Lenin, “Una gran iniciativa”, Obras Completas, t. XXIX.
2/ Mao Tse-tung, Comentario sobre “Siete buenos documentos de la provincia de Chechiang acerca de la participación de los cuadros en el trabajo manual”, 9 de mayo de 1963.

Publicado por Odio de Clase 

martes, 4 de septiembre de 2012

PCCh (dirigido por Mao): LAS GRAVES CONSECUENCIAS DEL XX CONGRESO DEL PCUS


La carta abierta del CC del PCUS hace alarde a más y mejor de los “resultados extraordinarios” y “grandiosos” del XX Congreso del PCUS.

Pero la historia no se puede alterar. Quien no sea olvidadizo se acordará de que los errores del XX Congreso del PCUS no produjeron en absoluto “resultados extraordinarios” o “grandiosos”, sino que desacreditaron a la Unión Soviética, la dictadura del proletariado, el socialismo y el comunismo, proporcionaron una oportunidad aprovechable al imperialismo, a los reaccionarios y a todos los demás enemigos del comunismo, y acarrearon consecuencias extremadamente graves al movimiento comunista internacional.

Después de ese Congreso, el imperialismo y los reaccionarios de los diversos países, inflándose de arrogancia, iniciaron una campaña antisoviética, anticomunista y antipopular en el mundo entero. Los imperialistas norteamericanos vieron en el furioso ataque de la dirección del PCUS contra Stalin un acto que, según sus propias palabras, “nunca ha servido tanto nuestros propósitos”1, hablaron públicamente de la utilización del informe secreto de Jruschov “como arma para destruir el prestigio y la influencia del movimiento comunista”2 y aprovecharon la ocasión para pregonar la “evolución pacífica”3 de la Unión Soviética.

La camarilla de Tito se insolentó a más no poder. Ostentando la consigna reaccionaria del “anti-stalinismo”, atacó con frenesí a la dictadura del proletariado y al sistema socialista.
Declaró que el XX Congreso del PCUS había “creado bastantes elementos” para el “nuevo rumbo” iniciado en Yugoslavia, y que “el problema actual consiste en si triunfará este nuevo rumbo o volverá a triunfar el rumbo stalinista”.1

Los trotskistas, enemigos del comunismo que se hallaban en la desesperación, reanudaron febrilmente sus actividades. En su Mensaje a los Obreros y Pueblos de Todo el Mundo, la llamada IV Internacional decía:

“Al reconocer los crímenes de Stalin, los dirigentes del Kremlin reconocen tácitamente… que era completamente justificada la lucha incansable librada por el movimiento trotskista mundial contra la degeneración del Estado obrero.”

Los errores del XX Congreso del PCUS causaron una gran confusión ideológica en el movimiento comunista internacional y condujeron al desbordamiento de la corriente revisionista. En colusión con los imperialistas, los reaccionarios y la camarilla de Tito, los renegados de los Partidos Comunistas de muchos países atacaron al marxismo-leninismo y al movimiento comunista internacional.

Los acontecimientos más destacados que ocurrieron en ese período, fueron el incidente que afectó las relaciones entre la Unión Soviética y Polonia y la rebelión contrarrevolucionaria en Hungría. Los dos acontecimientos eran diferentes por naturaleza. Pero la dirección del PCUS cometió graves errores en uno y otro. La dirección del PCUS cometió el error de chovinismo de gran potencia al trasladar tropas con el intento de someter por la fuerza a los camaradas polacos. En la coyuntura crítica en que las fuerzas contrarrevolucionarias húngaras se habían apoderado de Budapest, la dirección del PCUS intentó por un tiempo adoptar una política capitulacionista y abandonar a la Hungría socialista a la contrarrevolución.

Los errores de la dirección del PCUS aumentaron la arrogancia de todos los enemigos del comunismo, crearon serias dificultades para muchos partidos hermanos y causaron graves daños al movimiento comunista internacional.

Frente a semejante situación, los comunistas chinos, junto con los partidos hermanos que se atienen al marxismo-leninismo, nos pronunciamos resueltamente por rechazar la ofensiva del imperialismo y de la reacción, y defender el campo socialista y el movimiento comunista internacional. Entonces insistimos en tomar todas las medidas necesarias para aplastar la rebelión contrarrevolucionaria de Hungría y nos opusimos con decisión al abandono de la Hungría socialista. Sostuvimos con toda firmeza que los problemas entre los partidos y países hermanos debían resolverse con arreglo a principios justos, para fortalecer la unidad del campo socialista, y nos opusimos decididamente a la errónea práctica de chovinismo de gran potencia. Al mismo tiempo, hicimos ingentes esfuerzos por salvaguardar el prestigio del PCUS.

En aquel entonces, la dirección del PCUS aceptó nuestra proposición. El 30 de octubre de 1956 el Gobierno soviético hizo pública la “Declaración sobre el desarrollo y el ulterior fortalecimiento de la base de amistad y cooperación de la Unión Soviética con los demás países socialistas”, en que examinó retrospectivamente sus errores en la solución de los problemas de las relaciones entre los países hermanos. El primero de noviembre, el Gobierno chino publicó una declaración en apoyo de dicha declaración del Gobierno soviético.

Procedimos así en interés del movimiento comunista internacional y también con el objeto de persuadir a la dirección del PCUS a sacar lecciones apropiadas y corregir sus errores a tiempo, y no deslizarse por el camino del repudio del marxismo-leninismo. Pero los hechos posteriores han demostrado que, por el contrario, la dirección del PCUS nos guardó rencor y consideró al Partido Comunista de China, que persistía en el internacionalismo proletario, como el mayor obstáculo a su línea errónea.

1/ Charla radial de T.C. Streibert, director de U.S. Information Agency, 11 de junio de 1956.
2/ “La crisis comunista”, editorial del New York Times, 23 de junio de 1956.
3/ J.F. Dulles, Declaración en una conferencia de prensa, 3 de abril de 1956.
4/ Tito, Discurso hecho en Pula, 11 de noviembre de 1956.

Publicado por Odio de Clase

domingo, 2 de septiembre de 2012

11 DISCURSOS DEL CAMARADA LENIN



http://odiodeclase.blogspot.com/2012/09/11-discursos-del-camarada-lenin.html

Publicado por el blog camarada Odio de Clase

Documento de la lucha del PCCh y el camarada Mao contra el Revisionismo


LAS DIVERGENCIAS SE INICIARON CON EL XX CONGRESO DEL PCUS *

Hay un refrán que dice: “Un solo día frío no basta para congelar el río a tres pies de profundidad.” Naturalmente, las divergencias en el actual movimiento comunista internacional no se inician precisamente hoy día.
La carta abierta del CC del PCUS difunde una versión según la cual las divergencias en el movimiento comunista internacional fueron provocadas por los tres artículos que publicamos en abril de 1960 bajo el título de Viva el Leninismo. Esta es una mentira monstruosa.
¿Cuál es la verdad? La verdad es que ya hace más de siete años se inició toda una serie de divergencias de principio en el movimiento comunista internacional.
Concretamente, estas divergencias se iniciaron con el XX Congreso del PCUS en 1956.
El XX Congreso del PCUS fue el primer paso que dio la dirección del PCUS por el camino del revisionismo. Desde dicho Congreso hasta ahora, la línea revisionista de la dirección del PCUS ha pasado por todo un proceso de aparición, formación, desarrollo y sistematización. Y también por un proceso gradual, la gente ha llegado a comprender más y más a fondo esta línea revisionista de la dirección del PCUS.
Siempre hemos sostenido que muchos puntos de vista planteados en el XX Congreso del PCUS a propósito de la lucha internacional contemporánea y el movimiento comunista internacional, son erróneos y contrarios al marxismo-leninismo.
En particular, la negación total de Stalin so pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad” y la tesis de transición pacífica al socialismo por la llamada “vía parlamentaria”, son crasos errores de principio.
La crítica de Stalin hecha en el XX Congreso del PCUS fue errónea tanto en los principios como en el método.
La vida de Stalin fue la de un gran marxista-leninista, un gran revolucionario proletario. Durante los treinta años posteriores al fallecimiento de Lenin, Stalin fue el principal dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Gobierno soviético, así como el jefe reconocido del movimiento comunista internacional y el abanderado de la revolución mundial. En su vida, cometió algunos errores graves, pero comparados con sus grandes méritos, estos errores son, a pesar de todo, de orden secundario.
Stalin tuvo grandes méritos en el desarrollo de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional. En el artículo “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, publicado en abril de 1956, dijimos lo siguiente:
“Después de la muerte de Lenin, Stalin, como principal dirigente del Partido y del Estado, aplicó y desarrolló en forma creadora el marxismo-leninismo. En la lucha en defensa del legado del leninismo contra sus enemigos –los trotskistas, zinovievistas y otros agentes burgueses- Stalin expresó la voluntad y los deseos del pueblo y demostró ser un destacado luchador marxista-leninista. Si Stalin se ganó el apoyo del pueblo soviético y desempeñó un importante papel en la historia, fue ante todo porque, junto con otros dirigentes del Partido Comunista de la URSS, defendió la línea de Lenin de la industrialización del país soviético y la colectivización de su agricultura. La aplicación de esta línea por el Partido Comunista de la Unión Soviética condujo al triunfo del sistema socialista en el país, y creó las condiciones para la victoria de la Unión Soviética en la guerra contra Hitler. Estas victorias del pueblo soviético correspondían a los intereses de la clase obrera mundial y de toda la humanidad progresista. Era por lo tanto muy natural que el nombre de Stalin fuese altamente honrado en el mundo entero.”
Es necesario criticar los errores de Stalin. Pero, en el informe secreto que pronunció ante el XX Congreso del PCUS, el camarada Kruschov negó por completo a Stalin, cubriendo así de fango a la dictadura del proletariado, al sistema socialista, al gran Partido Comunista de la Unión Soviética, a la gran Unión Soviética y también al movimiento comunista internacional. Lejos de emplear el método de la crítica y autocrítica propio de un partido revolucionario del proletariado, para hacer un análisis y un balance concienzudos y serios de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado, trató a Stalin como a un enemigo y echó a Stalin solo la culpa de todos los errores.
En su informe secreto, Kruschov dijo gran cantidad de mentiras y empleó una demagogia malévola para atacar a Stalin, diciendo que Stalin sufría de “manía persecutoria”, padecía de “arbitrariedad cruel”, emprendía “el camino de las represiones en masa, el camino del terror”, “estudiaba el país y la agricultura tan sólo por las películas” y “planificaba las operaciones con un globo terrestre”, y que la dirección de Stalin se tornó en “un serio obstáculo en el camino de desarrollo de la sociedad soviética”, etc., etc. Borró completamente los méritos que Stalin alcanzó al dirigir al pueblo soviético en la lucha resuelta contra todos los enemigos internos y externos y en la consecución de los grandes éxitos en las transformaciones socialistas y la edificación socialista; borró los méritos que Stalin alcanzó al dirigir al pueblo soviético en la defensa y consolidación del primer Estado socialista del mundo y en la consecución de la gran victoria en la guerra antifascista, y borró los méritos de Stalin en la defensa y el desarrollo del marxismo-leninismo.
Al negar totalmente a Stalin en el XX Congreso del PCUS, Kruschov negó, en esencia, la dictadura del proletariado y las tesis fundamentales del marxismo-leninismo que Stalin había defendido y desarrollado. Fue en el mismo Congreso donde Kruschov, en su informe de balance, comenzó a renegar del marxismo-leninismo en toda una serie de problemas de principio.
En su informe de balance ante el XX Congreso del PCUS, Kruschov planteó la tesis de la llamada “transición pacífica” so pretexto de que se habían producido “cambios radicales” en la situación mundial. Dijo que el camino de la Revolución de Octubre fue “el único justo en aquellas condiciones históricas”, pero como la situación había cambiado, se había hecho posible realizar la transición del capitalismo al socialismo por “el camino parlamentario”. Esta tesis errónea es en esencia una revisión abierta de la doctrina marxista-leninista sobre el Estado y la revolución y una negación abierta de la significación universal del camino de la Revolución de Octubre.
En ese informe, bajo el mismo pretexto de que se habían producido “cambios radicales” en la situación mundial, Kruschov planteó si seguía vigente la tesis de Lenin sobre el imperialismo, la guerra y la paz, desvirtuando en la práctica la doctrina de Lenin.
En ese informe Kruschov describió al Gobierno norteamericano y a su jefe como personas que resistían a las fuerzas de la guerra, y no como representantes de las fuerzas imperialistas de la guerra. Afirmó que “allí (en los EE.UU.) son aún fuertes las posiciones de los partidarios de resolver por la guerra los problemas pendientes y que esos hombres presionan todavía con fuerza al Presidente y al Gobierno”. Y añadió que los imperialistas comenzaban a reconocer que había fracasado su política “desde posiciones de fuerza” y que entre ellos “empiezan a aparecer ciertos síntomas de lucidez”. Esto equivale a decir que el Gobierno norteamericano y su jefe pueden no representar los intereses de la burguesía monopolista norteamericana y pueden renunciar a su política de agresión y de guerra para convertirse en fuerzas defensoras de la paz.
Ese informe declaró: “Queremos tener amistad y colaborar con los Estados Unidos en la lucha por la paz y la seguridad de los pueblos, así como en las esferas económica y cultural.” Este mismo punto de vista erróneo se desarrolló y se tornó más tarde en la línea de “resolver los problemas mundiales mediante la colaboración soviético-norteamericana”.

Tergiversando los principios acertados formulados por Lenin sobre la coexistencia pacífica entre países con distinto sistema social, Kruschov planteó la coexistencia pacífica como “línea general de la política exterior” de la Unión Soviética. Esto significa excluir tanto la ayuda mutua y la cooperación entre los países socialistas como el apoyo de éstos a la lucha revolucionaria de los pueblos y naciones oprimidos, de la línea general de la política exterior de un país socialista. O significa subordinar todo esto a su llamada “política de coexistencia pacífica”.
Toda la serie de problemas planteados por la dirección del PCUS en el XX Congreso de su Partido, especialmente el problema de Stalin y el de la “transición pacífica”, no son, ni mucho menos, asuntos internos del propio PCUS, sino importantes problemas de interés común para todos los partidos hermanos. Sin ninguna consulta previa con los partidos hermanos, la dirección del PCUS sacó arbitrariamente sus conclusiones al respecto, impuso un hecho consumado a los partidos hermanos y, so pretexto de la “lucha contra el culto a la personalidad”, intervino burdamente en los asuntos internos de los partidos y países hermanos, y subvirtió la dirección de éstos, promoviendo con ello su propia política sectaria y escisionista en el movimiento comunista internacional.
El desarrollo posterior de los acontecimientos ha demostrado con creciente claridad que la violación y la adulteración del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario por parte de los dirigentes del PCUS han brotado de dichos errores.
El Partido Comunista de China ha sostenido siempre opiniones de principio diferentes a las del XX Congreso del PCUS. Esto lo saben muy bien los camaradas dirigentes del PCUS. No obstante, la carta abierta del CC del PCUS afirma que en el pasado el Partido Comunista de China apoyó totalmente al XX Congreso del PCUS, que nosotros hemos “dado un viraje de ciento ochenta grados” en nuestra apreciación del XX Congreso del PCUS y que nuestra posición consiste en “titubeos y vacilaciones” y en manifestaciones “falsas”.
Es imposible que la dirección del PCUS pueda ocultar todo el cielo con una mano. ¡Que los hechos hablen por sí solos!
El hecho es que muchas veces, en conversaciones de orden interno después del XX Congreso del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh criticaron con toda seriedad los errores de la dirección del PCUS.
En abril de 1956, o sea, menos de dos meses después del XX Congreso del PCUS, el camarada Mao Tse-tung expresó nuestras opiniones a propósito de la cuestión de Stalin en dos conversaciones con el camarada Mikoyan, miembro del Presidium del CC del PCUS y con el embajador soviético en China, respectivamente. El camarada Mao Tse-tung subrayó que, en cuanto a Stalin, “sus méritos pesan más que sus errores” y que “es necesario hacer un análisis concreto” y “una apreciación que abarque todos los aspectos”. El 23 de octubre de 1956, al recibir al embajador soviético en China, el camarada Mao Tse-tung señaló que “la crítica de Stalin es necesaria, pero no estamos de acuerdo con el método empleado, y hay algunos otros problemas con los cuales tampoco estamos de acuerdo”.
El 30 de noviembre de 1956, al recibir al embajador soviético en China, el camarada Mao Tse-tung señaló nuevamente que la política y la línea fundamentales del período de Stalin eran correctas y que no se debía tratar a un cama-rada como a un enemigo.
El camarada Liu Shao-chi, en su conversación con dirigentes del PCUS en octubre de 1956, y el camarada Chou En-lai, en su conversación sostenida el 1º de octubre de 1956 con la delegación del PCUS que asistía entonces al VIII Congreso del PCCh y en su conversación sostenida el 18 de enero de 1957 con dirigentes del PCUS, también manifestaron nuestras opiniones acerca de la cuestión de Stalin y criticaron los errores de los dirigentes del PCUS. Estos errores consistían principalmente en que los dirigentes del PCUS “no hicieron en absoluto un análisis cabal” de Stalin; que “no hicieron autocrítica” y que “no consultaron de antemano con los partidos hermanos”.
En conversaciones de orden interno con camaradas del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh han manifestado también nuestras opiniones diferentes respecto al problema de la transición pacífica. Más aún, en noviembre de 1957, el CC del PCCh entregó al CC del PCUS una “Reseña de opiniones sobre el problema de la transición pacífica” por escrito, en la cual expuso cabal y claramente los puntos de vista del PCCh. Además, en numerosas conversaciones de orden interno con camaradas del PCUS, los camaradas dirigentes del CC del PCCh expusieron sistemáticamente nuestros puntos de vista sobre la situación internacional y la estrategia del movimiento comunista internacional, teniendo en cuenta precisamente los errores del XX Congreso del PCUS.
Todos estos hechos son claros como el agua. ¿Cómo puede la dirección del PCUS borrarlos de un plumazo, mintiendo sin sonrojarse?
Tratando de encubrir estos hechos importantes, la carta abierta del CC del PCUS cita ciertas palabras dichas públicamente por los camaradas Mao Tse-tung, Liu Shao-chi y Teng Siao-ping aisladas del contexto, para demostrar que en otros tiempos el Partido Comunista de China apoyó totalmente al XX Congreso del PCUS; pero esto es inútil.

El hecho es que en ningún momento y en ninguna ocasión el Partido Comunista de China ha considerado como totalmente positivo el XX Congreso del PCUS ni ha estado de acuerdo con la negación total de Stalin o con el punto de vista relativo a la transición pacífica al socialismo por el “camino parlamentario”.
Poco después del XX Congreso del PCUS, esto es, el 5 de abril de 1956, publicamos el artículo “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”. Más tarde, el 29 de diciembre del mismo año, publicamos el artículo “Una vez más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”. Estos dos artículos, al mismo tiempo que refutaban las calumnias anticomunistas de los imperialistas y los reaccionarios, hicieron un análisis cabal de la vida de Stalin, confirmaron la significación universal del camino de la Revolución de Octubre, sintetizaron la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y criticaron con eufemismo, pero en términos inequívocos, las tesis erróneas del XX Congreso del PCUS. ¿Acaso no es esto un hecho del dominio público?
Después del XX Congreso del PCUS, el Partido Comunista de China ha mantenido siempre expuesto el retrato de Stalin junto a los de los grandes jefes revolucionarios: Marx, Engels y Lenin. ¿Acaso no es esto también un hecho del dominio público?
Cabe señalar, es cierto, que en bien de la unidad en la lucha contra el enemigo, y en consideración a la difícil situación en que se encontraban los dirigentes del PCUS, al hecho de que la dirección del PCUS aún no había ido tan lejos en su repudio del marxismo-leninismo como lo ha hecho después, nos abstuvimos de criticar públicamente en aquel entonces los errores del XX Congreso del PCUS, puesto que los imperialistas y los reaccionarios de todos los países estaban sacando partido de estos errores para realizar frenéticas actividades antisoviéticas, anticomunistas y antipopulares. En ese tiempo, esperábamos fervientemente que la dirección del PCUS enmendaría sus errores. Por lo tanto, siempre procurábamos encontrarle los aspectos positivos, y públicamente le brindábamos el apoyo que fuese apropiado y necesario.
Aun así, en sus intervenciones públicas los camaradas dirigentes del CC del PCCh expusieron nuestra posición con respecto al XX Congreso del PCUS, subrayando las lecciones positivas y los principios.
La carta abierta del CC del PCUS afirma que en su informe político al VIII Congreso del PCCh, el camarada Liu Shao-chi consideró como totalmente positivo el XX Congreso del PCUS. Pero fue justamente en dicho informe donde el camarada Liu Shao-chi expuso la experiencia de la revolución china y explicó que era erróneo e impracticable el camino de “transición pacífica”.

La carta abierta del CC del PCUS afirma que el camarada Teng Siao-ping, en su informe al VIII Congreso del PCCh acerca de las modificaciones introducidas en los Estatutos del Partido, consideró como totalmente positiva la “lucha contra el culto a la personalidad”, librada en el XX Congreso del PCUS. Pero fue precisamente en dicho informe donde el camarada Teng Siao-ping se detuvo detalladamente en el problema del centralismo democrático del Partido y el de la relación entre jefes y masas, y explicó el consecuente y justo estilo de trabajo de nuestro Partido, lo cual implica una crítica del error de la “lucha contra el culto a la personalidad”, librada en el XX Congreso del PCUS.
¿Qué había de erróneo cuando procedimos de esta manera? ¿Acaso no es ésta precisamente la actitud que debe adoptar un partido marxista-leninista, actitud de perseverar en los principios y en la unidad?
¿Cómo se puede calificar de “titubeos y vacilaciones”, de manifestaciones “falsas” y de “viraje de ciento ochenta grados” esta posición consecuente y justa del Partido Comunista de China con respecto al XX Congreso del PCUS?
Al hacernos semejantes cargos en su carta abierta, quizás el CC del PCUS crea que como sólo unos pocos dirigentes del PCUS están al corriente de nuestras críticas pasadas, es posible negar los hechos registrados y embaucar con la mentira a las amplias masas de los militantes del PCUS y del pueblo soviético. Pero ¿semejante proceder no sirve justamente para testimoniar su propia falsedad?

Texto de septiembre de 1963 por la Redacción del Renmin Ribao y la Redacción de la revista Hongqi del PCCh dirigido por el camarada Mao dentro del documento EL ORIGEN Y EL DESARROLLO DE LAS DIVERGENCIAS ENTRE LA DIRECCIÓN DEL PCUS Y NOSOTROS

Publicado por el blog camarada Odio de Clase