La carta abierta del CC del PCUS hace alarde
a más y mejor de los “resultados extraordinarios” y “grandiosos” del XX
Congreso del PCUS.
Pero la historia no se puede alterar. Quien no sea olvidadizo se acordará
de que los errores del XX Congreso del PCUS no produjeron en absoluto
“resultados extraordinarios” o “grandiosos”, sino que desacreditaron a la Unión
Soviética, la dictadura del proletariado, el socialismo y el comunismo,
proporcionaron una oportunidad aprovechable al imperialismo, a los
reaccionarios y a todos los demás enemigos del comunismo, y acarrearon
consecuencias extremadamente graves al movimiento comunista internacional.
Después de ese Congreso, el imperialismo y los reaccionarios de los
diversos países, inflándose de arrogancia, iniciaron una campaña antisoviética,
anticomunista y antipopular en el mundo entero. Los imperialistas norteamericanos
vieron en el furioso ataque de la dirección del PCUS contra Stalin un acto que,
según sus propias palabras, “nunca ha servido tanto nuestros propósitos”1,
hablaron públicamente de la utilización del informe secreto de Jruschov “como
arma para destruir el prestigio y la influencia del movimiento comunista”2 y
aprovecharon la ocasión para pregonar la “evolución pacífica”3 de la Unión
Soviética.
La camarilla de Tito se insolentó a más no poder. Ostentando la consigna
reaccionaria del “anti-stalinismo”, atacó con frenesí a la dictadura del
proletariado y al sistema socialista.
Declaró que el XX Congreso del PCUS había “creado bastantes elementos” para
el “nuevo rumbo” iniciado en Yugoslavia, y que “el problema actual consiste en
si triunfará este nuevo rumbo o volverá a triunfar el rumbo stalinista”.1
Los trotskistas, enemigos del comunismo que se hallaban en la
desesperación, reanudaron febrilmente sus actividades. En su Mensaje a
los Obreros y Pueblos de Todo el Mundo, la llamada IV Internacional
decía:
“Al reconocer los crímenes de Stalin, los dirigentes del Kremlin reconocen
tácitamente… que era completamente justificada la lucha incansable librada por
el movimiento trotskista mundial contra la degeneración del Estado obrero.”
Los errores del XX Congreso del PCUS causaron una gran confusión ideológica
en el movimiento comunista internacional y condujeron al desbordamiento de la
corriente revisionista. En colusión con los imperialistas, los reaccionarios y
la camarilla de Tito, los renegados de los Partidos Comunistas de muchos países
atacaron al marxismo-leninismo y al movimiento comunista internacional.
Los acontecimientos más destacados que ocurrieron en ese período, fueron el
incidente que afectó las relaciones entre la Unión Soviética y Polonia y la
rebelión contrarrevolucionaria en Hungría. Los dos acontecimientos eran
diferentes por naturaleza. Pero la dirección del PCUS cometió graves errores en
uno y otro. La dirección del PCUS cometió el error de chovinismo de gran
potencia al trasladar tropas con el intento de someter por la fuerza a los
camaradas polacos. En la coyuntura crítica en que las fuerzas
contrarrevolucionarias húngaras se habían apoderado de Budapest, la dirección
del PCUS intentó por un tiempo adoptar una política capitulacionista y
abandonar a la Hungría socialista a la contrarrevolución.
Los errores de la dirección del PCUS aumentaron la arrogancia de todos los
enemigos del comunismo, crearon serias dificultades para muchos partidos
hermanos y causaron graves daños al movimiento comunista internacional.
Frente a semejante situación, los comunistas chinos, junto con los partidos
hermanos que se atienen al marxismo-leninismo, nos pronunciamos resueltamente
por rechazar la ofensiva del imperialismo y de la reacción, y defender el campo
socialista y el movimiento comunista internacional. Entonces insistimos en
tomar todas las medidas necesarias para aplastar la rebelión
contrarrevolucionaria de Hungría y nos opusimos con decisión al abandono de la
Hungría socialista. Sostuvimos con toda firmeza que los problemas entre los
partidos y países hermanos debían resolverse con arreglo a principios justos,
para fortalecer la unidad del campo socialista, y nos opusimos decididamente a
la errónea práctica de chovinismo de gran potencia. Al mismo tiempo, hicimos
ingentes esfuerzos por salvaguardar el prestigio del PCUS.
En aquel entonces, la dirección del PCUS aceptó nuestra proposición. El 30
de octubre de 1956 el Gobierno soviético hizo pública la “Declaración sobre el
desarrollo y el ulterior fortalecimiento de la base de amistad y cooperación de
la Unión Soviética con los demás países socialistas”, en que examinó
retrospectivamente sus errores en la solución de los problemas de las
relaciones entre los países hermanos. El primero de noviembre, el Gobierno
chino publicó una declaración en apoyo de dicha declaración del Gobierno
soviético.
Procedimos así en interés del movimiento comunista internacional y también
con el objeto de persuadir a la dirección del PCUS a sacar lecciones apropiadas
y corregir sus errores a tiempo, y no deslizarse por el camino del repudio del
marxismo-leninismo. Pero los hechos posteriores han demostrado que, por el
contrario, la dirección del PCUS nos guardó rencor y consideró al Partido
Comunista de China, que persistía en el internacionalismo proletario, como el
mayor obstáculo a su línea errónea.
1/ Charla radial de T.C. Streibert, director de U.S.
Information Agency, 11 de junio de 1956.
2/ “La crisis comunista”, editorial del New York Times, 23
de junio de 1956.
3/ J.F. Dulles, Declaración en una conferencia de prensa, 3 de abril
de 1956.
4/ Tito, Discurso hecho en Pula, 11 de
noviembre de 1956.
Publicado por Odio de Clase
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