Documento del PCCH dirigido por Mao
Por la Redacción del Renmin Ribao y la Redacción de la
revista Hongqi
(14 de julio de 1964)
LECCIONES HISTÓRICAS DE LA
DICTADURA DEL PROLETARIADO
El revisionismo de
Jruschov ha causado graves daños al movimiento comunista internacional; al
mismo tiempo, sirviendo de ejemplo en el sentido negativo ha educado a los
marxistas-leninistas y pueblos revolucionarios del mundo entero.
Si la Gran Revolución de
Octubre ha ofrecido la más importante experiencia positiva a los
marxistas-leninistas de todos los países y ha abierto el camino a la toma del
Poder por el proletariado, el revisionismo de Jruschov a su vez ha dado la más
importante experiencia negativa, permitiendo a los marxistas-leninistas del
mundo sacar lecciones para prevenir la degeneración del partido proletario y de
los Estados socialistas.
En la historia, las
revoluciones de todos los países tuvieron sus caídas y recaídas, vueltas y
revueltas. Lenin dijo:
“En realidad, ¿puede
encontrarse en la historia un solo ejemplo de un modo de producción nuevo que
se haya establecido de un golpe, sin una larga serie de fracasos, de
equivocaciones, de caídas y recaídas?”1
La historia de la
revolución proletaria internacional no ha cumplido todavía un siglo, si se
cuenta desde 1871 en que el proletariado de la Comuna de París hizo la primera
heroica tentativa de tomar el Poder. Y no ha transcurrido aún medio siglo desde
la Revolución de Octubre hasta hoy. La revolución proletaria, que sustituye el
capitalismo por el socialismo, la propiedad privada por la social, y que
elimina de raíz el sistema de explotación y las clases explotadoras, es la
revolución más trascendental en la historia de la humanidad. Es aún más natural
que esta revolución que toma el cielo por asalto, pase por graves y enconadas
luchas de clases, y aún más inevitable que siga un curso largo y sinuoso, lleno
de altibajos.
La historia conoce los
casos de la Comuna de París y de la República de los Soviets de Hungría de
1919, casos en que el Poder del proletariado fue derrotado por la represión
armada de la burguesía. En nuestros días, ocurrió en 1956 la rebelión
contrarrevolucionaria de Hungría y el Poder del proletariado estuvo a punto de
caer. La gente percibe con facilidad esta forma de restauración del capitalismo
y está relativamente precavida y vigilante ante ella.
Pero hay otra forma de
restauración del capitalismo que la gente muy a menudo no percibe con
facilidad, no previene ni vigila, y que por lo tanto, entraña un mayor peligro.
Se trata del caso en que el país de la dictadura del proletariado, a
consecuencia de la degeneración de la dirección del Partido y del Estado, toma
el camino revisionista, esto es, el camino de la “evolución pacífica”.
Semejante lección ha
sido dada ya hace tiempo por la camarilla revisionista de Tito, que ha hecho
degenerar la Yugoslavia socialista en un país capitalista. Sin embargo, la sola
lección de Yugoslavia no basta para despertar la plena atención de la gente. Se
podría decir que éste quizás fuese un caso fortuito.
Pero ahora, la camarilla
revisionista de Jruschov ha usurpado la dirección del Partido y del Estado, y
sobre la Unión Soviética, cuna de la Gran Revolución de Octubre, que tiene una
historia de varios decenios de construcción del socialismo, se cierne el grave
peligro de restauración del capitalismo. Esto da la alarma a todos los países
socialistas, incluida China, y a todos los partidos comunistas y obreros,
incluido el Partido Comunista de China. Esto inevitablemente despierta
poderosamente la atención en la gente y obliga a los marxistas-leninistas y
pueblos revolucionarios del mundo entero a pensar con seriedad y a aguzar su
vigilancia.
La aparición del
revisionismo de Jruschov es una cosa mala, pero, al mismo tiempo, una cosa
buena. Siempre que estudien seriamente las lecciones de la “evolución pacífica”
que lleva a cabo la camarilla revisionista de Jruschov en la Unión Soviética y
adopten medidas apropiadas, los países donde el socialismo ha triunfado y
aquellos que emprendan el camino socialista serán capaces no sólo de frustrar
los ataques armados de los enemigos, sino también de prevenir la “evolución
pacífica”. Y se hará aún más seguro el triunfo de la revolución proletaria
mundial.
El Partido Comunista de
China tiene ya 43 años de existencia. En su prolongada lucha revolucionaria,
nuestro Partido ha combatido tanto los errores del oportunismo de derecha como
los errores del oportunismo de “izquierda”, y ha establecido la dirección
marxista-leninista del Comité Central del Partido con el camarada Mao Tse-tung
a la cabeza. El camarada Mao Tse-tung, combinando estrechamente la verdad
universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución y
construcción de China, ha dirigido al pueblo chino en la conquista de una
victoria tras otra. El Comité Central del Partido Comunista de China y el
camarada Mao Tse-tung nos han enseñado cómo debemos luchar infatigablemente, en
los terrenos teórico, político, organizativo así como en el trabajo concreto,
contra el revisionismo a fin de prevenir la restauración del capitalismo. El
pueblo chino ha pasado por una larga lucha armada revolucionaria y tiene una
gloriosa tradición revolucionaria. El Ejército Popular de Liberación de China
está armado con el pensamiento de Mao Tse-tung y mantiene íntimas relaciones
con las masas populares. Gran número de los cuadros del Partido Comunista de
China ha sido educado y templado en las campañas de rectificación del estilo de
trabajo y en la aguda lucha de clases. Estos factores hacen muy difícil la
restauración del capitalismo en nuestro país.
Pero, tenemos que ver:
¿es del todo pura nuestra sociedad actual? No, no lo es. Aún existen clases y
lucha de clases. Aún prosiguen las actividades de las clases reaccionarias
derrocadas que conspiran para restaurar su Poder. Aún se observan actividades
especulativas de los nuevos y viejos elementos burgueses, ataques desesperados
de los malversadores, desfalcadores y elementos degenerados. También hay casos
de degeneración en algunas organizaciones de base. Y lo que es más, los
elementos degenerados hacen lo imposible por encontrar protectores y agentes
suyos en las organizaciones dirigentes superiores. Frente a estos fenómenos, no
debemos relajar ni en lo más mínimo nuestra vigilancia, sino estar siempre
alerta.
En los países
socialistas, es inevitable la lucha entre los dos caminos: el socialista y el
capitalista y la lucha entre las fuerzas capitalistas que procuran su
restauración y las fuerzas que se oponen a ella. Pero de ninguna manera es
inevitable la restauración del capitalismo en los países socialistas y su
degeneración en países capitalistas. Siempre que tengamos una acertada
dirección y una correcta comprensión de este problema, persistamos en la línea
revolucionaria marxista-leninista, tomemos medidas acertadas y mantengamos una
lucha prolongada e incansable, podemos evitar la restauración del capitalismo.
La lucha entre los dos caminos: el socialista y el capitalista, puede
convertirse en una fuerza motriz del progreso social.
¿Cómo se puede prevenir
la restauración del capitalismo? En cuanto a este problema, el camarada Mao
Tse-tung ha formulado una serie de teorías y principios políticos al resumir la
experiencia práctica de la dictadura del proletariado en China y estudiar la
experiencia positiva y negativa de otros países, principalmente de la Unión
Soviética, con arreglo a los principios básicos del marxismo-leninismo. Así ha
enriquecido y desarrollado la doctrina del marxismo-leninismo sobre la
dictadura del proletariado.
El contenido principal
de las teorías y principios políticos formulados por el camarada Mao Tse-tung
al respecto es el siguiente:
1. Hay que aplicar la ley
marxista-leninista de la unidad de los contrarios en el estudio de la sociedad
socialista. La ley de la contradicción en las cosas y fenómenos, o sea, la ley
de la unidad de los contrarios es la ley fundamental de la dialéctica
materialista. Esta ley rige por doquier, tanto en la naturaleza, como en la
sociedad humana, como en el pensamiento del hombre. Los contrarios en una
contradicción, forman una unidad a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa
el movimiento y el cambio de todas las cosas. Ni la sociedad socialista es una
excepción. En la sociedad socialista existen dos tipos de contradicciones
sociales: contradicciones en el seno del pueblo y contradicciones entre
nosotros y el enemigo. Estos dos tipos de contradicciones sociales son de
naturaleza absolutamente diferente, y los métodos para resolverlas deben ser
diferentes también. Su acertada solución fortalecerá crecientemente la
dictadura del proletariado, y consolidará y desarrollará diariamente la
sociedad socialista. Muchos reconocen la ley de la unidad de los contrarios,
pero no son capaces de aplicarla en el estudio y solución de los problemas de
la sociedad socialista. Se niegan a reconocer que en la sociedad socialista
existen contradicciones y que en ella no sólo existen contradicciones entre
nosotros y el enemigo sino también contradicciones en el seno del pueblo, y no
saben distinguir ni resolver de manera acertada estos dos tipos de
contradicciones sociales; por eso tampoco pueden resolver con acierto el
problema de la dictadura del proletariado.
2. La sociedad socialista
abarca un período histórico muy largo. En esta sociedad aún existen clases, la
lucha de clases y la lucha entre el camino del socialismo y el del capitalismo.
La revolución socialista realizada sólo en el frente económico (en la propiedad
sobre los medios de producción) no es suficiente ni sólida. Hace falta además
una revolución socialista completa en los frentes político e ideológico. Es
necesario un período muy largo para resolver el problema de “quién vencerá a
quién”: el socialismo o el capitalismo en los frentes político e ideológico.
Para conseguir el éxito no bastan unos decenios, se necesitarán de cien a
centenares de años. En cuanto al tiempo, más vale prepararse para un período
mayor que uno menor; en cuanto al trabajo, más vale considerar preferentemente
la tarea como difícil que como fácil. Pensar y actuar de esta manera es más
provechoso y menos perjudicial. Si esta situación no se comprende bien, o, si
no se comprende en absoluto, puede llegarse al más grave de los errores.
Durante la etapa histórica del socialismo hay que mantener la dictadura del
proletariado y llevar hasta el fin la revolución socialista, y sólo así se
podrá prevenir la restauración del capitalismo, realizar la construcción
socialista y preparar las condiciones para el paso al comunismo.
3. La dictadura del
proletariado está dirigida por la clase obrera y basada en la alianza de los
obreros y los campesinos. Significa que la clase obrera y el pueblo por ella
dirigido ejercen la dictadura sobre las clases reaccionarias, los reaccionarios
y los elementos que resisten a las transformaciones y a la construcción
socialista. En el seno del pueblo se practica el centralismo democrático. Esta
democracia nuestra es la democracia más amplia, una democracia que es imposible
en ningún Estado burgués.
4. En la revolución y
construcción socialista, es necesario seguir la línea de masas, movilizar con
audacia a las masas y desplegar movimientos de masas en gran escala. La línea
de masas: “de las masas, a las masas”, es la línea fundamental de nuestro
Partido en todos sus trabajos. Es necesario tener firme confianza en la mayoría
del pueblo, en primer lugar en la mayoría de las masas básicas -los obreros y
campesinos. Es necesario saber consultar con las masas en el trabajo y no
separarse de ellas jamás. El autoritarismo y la actitud del benefactor deben
ser combatidos. La libre y franca exposición de opiniones y el amplio debate
son una importante forma de lucha revolucionaria creada por nuestro pueblo en
el curso de su larga lucha revolucionaria, una forma de lucha para resolver,
apoyándose en las masas populares, las contradicciones en el seno del pueblo y
las contradicciones entre nosotros y el enemigo.
5. Tanto en la revolución
socialista como en la construcción socialista, es necesario resolver el
problema de en quién apoyarse, a quién ganarse y contra quién luchar. El
proletariado y su vanguardia deben hacer un análisis de las clases de la
sociedad socialista, apoyarse en las fuerzas dignas de toda confianza que
siguen con firmeza el camino socialista, ganarse a todos los aliados que son
susceptibles de ser ganados, y unirse con las masas populares que forman más
del 95 por ciento de la población en la lucha común contra los enemigos del
socialismo. En el campo, después de la colectivización de la agricultura, sólo
apoyándose en los campesinos pobres y la capa inferior de los campesinos
medios, se puede consolidar la dictadura del proletariado y la alianza de los
obreros y los campesinos, derrotar a las fuerzas capitalistas espontáneas y
consolidar y ampliar sin cesar las posiciones del socialismo.
6. Hay que llevar a cabo
extensa y repetidamente la campaña de educación socialista en la ciudad y en el
campo. En esta campaña de educar continuamente al hombre, se debe saber
organizar las fuerzas de clase revolucionarias, elevar su conciencia de clase,
resolver de manera acertada las contradicciones en el seno del pueblo, y unirse
a todos aquellos que sean susceptibles de ser unidos. En esta campaña, se debe
desplegar una aguda lucha, respondiendo medida por medida, contra las fuerzas
capitalistas y feudales hostiles al socialismo, contra los terratenientes,
campesinos ricos, contrarrevolucionarios y derechistas burgueses, y contra los
malversadores, desfalcadores y elementos degenerados, hacer fracasar sus
ataques al socialismo y transformar la mayoría de ellos en nuevas gentes.
7. Una de las tareas
fundamentales de la dictadura del proletariado consiste en desarrollar
tesoneramente la economía socialista. Guiados por la política general de
desarrollar la economía nacional con la agricultura como base y la industria
como factor dirigente, debemos modernizar gradualmente la industria,
agricultura, ciencia, técnica y defensa nacional. Y sobre la base del desarrollo
de la producción debemos mejorar en forma gradual y extensiva la vida de las
masas populares.
8. La propiedad de todo el
pueblo y la propiedad colectiva son dos formas de la economía socialista. El
paso de la propiedad colectiva a la de todo el pueblo, el paso de las dos
formas de propiedad a la propiedad única de todo el pueblo, es un proceso de
desarrollo bastante largo. La propiedad colectiva de por sí también tiene un
proceso de desarrollo: de lo inferior a lo superior y de lo pequeño a lo
grande. La comuna popular, creada por el pueblo chino, es una forma de
organización apropiada para resolver el problema de la transición.
9. La política de “que cien
flores se abran; que compitan cien escuelas ideológicas” es una política que
estimula el progreso del arte y de la ciencia y el florecimiento de la cultura
socialista. La enseñanza debe servir a la política del proletariado, debe combinarse
con el trabajo productivo. Los trabajadores deben adquirir conocimientos
científicos, y los intelectuales, incorporarse al trabajo manual. En los
círculos científicos, culturales, artísticos y educacionales, la lucha por
promover la ideología proletaria y destruir la ideología burguesa, es también
una larga y áspera lucha de clases. Debemos formar un amplio ejército de
intelectuales de la clase obrera que sirvan al socialismo y que sean “rojos y
calificados”, es decir, políticamente conscientes y profesionalmente idóneos,
en el curso de la revolución cultural y la práctica revolucionaria de la lucha
de clases, la lucha por la producción y el experimento científico.
10. Hay que atenerse
firmemente al sistema de la participación de los cuadros en el trabajo
productivo colectivo. Los cuadros de nuestro Partido y Estado son trabajadores
comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo. Participando en el trabajo
productivo colectivo, los cuadros mantienen los vínculos más amplios,
constantes y estrechos con el pueblo trabajador. Esta es una gran medida de
importancia fundamental del sistema socialista y contribuye a superar el
burocratismo y a prevenir el revisionismo y el dogmatismo.
11. No se debe aplicar en
modo alguno el sistema de altas remuneraciones respecto a un pequeño número de
personas. Hay que disminuir razonable y gradualmente, en lugar de ampliar, la
distancia entre los ingresos individuales de los funcionarios del Partido,
Estado, empresas y comunas populares y los de las masas populares. Hay que
evitar que los funcionarios disfruten de privilegios abusando de su poder.
12. Las fuerzas armadas
populares de un país socialista deben estar siempre bajo la dirección del
partido proletario y bajo la supervisión de las masas populares, y mantener
eternamente la gloriosa tradición del ejército popular, la unidad entre el
ejército y el pueblo, y la unidad entre oficiales y soldados. Deben atenerse
con firmeza al sistema de que todo oficial servirá como soldado raso a
intervalos regulares. Deben practicar la democracia en lo militar, lo político
y lo económico. Al mismo tiempo se debe organizar y entrenar ampliamente las
milicias y aplicar el sistema de tener armado al pueblo en su conjunto. El
fusil debe estar siempre en manos del Partido y del pueblo y es absolutamente
inadmisible que se convierta en instrumento de individuos ambiciosos.
13. Los órganos de segundad
pública del pueblo deben estar siempre bajo la dirección del partido proletario
y bajo la supervisión de las masas populares. En la lucha por "la defensa
de los frutos del socialismo y los intereses del pueblo, se debe adoptar la
política de apoyarse en los esfuerzos combinados de los órganos de seguridad y
de las amplias masas populares para así no dejar escaparse a un solo elemento
malo ni agraviar a ningún hombre bueno. Los contrarrevolucionarios deben ser
reprimidos siempre que se les encuentre y los errores deben ser corregidos
siempre que se descubran.
14. En cuanto a la política
exterior, hay que atenerse con toda firmeza al internacionalismo proletario y
oponerse al chovinismo de gran potencia y al egoísmo nacional. El campo
socialista es producto de la lucha del proletariado internacional y de los
pueblos trabajadores. El campo socialista pertenece no sólo a los pueblos de los
países socialistas, sino también al proletariado internacional y a los pueblos
trabajadores. Hay que llevar realmente a la práctica las consignas combativas:
“¡Proletarios de todos los países, uníos!” y “¡Proletarios y naciones oprimidas
de todo el mundo, uníos!”; luchar con resolución contra la política
anticomunista, antipopular y contrarrevolucionaria del imperialismo y la
reacción mundial y apoyar y ayudar a la lucha revolucionaria de las clases y
naciones oprimidas del mundo entero. Las relaciones entre los países
socialistas deben basarse en los principios de la independencia y la completa
igualdad y en los principios del apoyo recíproco y la ayuda mutua dentro del
espíritu del internacionalismo proletario. En la construcción, todo país
socialista debe apoyarse principalmente en sus propios esfuerzos. Si un país
socialista da rienda suelta al egoísmo nacional en su política exterior e
incluso trabaja afanosamente por coludirse con el imperialismo para repartirse
con él el mundo, ese país degenera y traiciona el internacionalismo proletario.
15. Como vanguardia del
proletariado, el partido comunista debe existir a la par que la dictadura del
proletariado. El partido comunista es la forma más alta de organización del
proletariado. El papel dirigente del proletariado se realiza a través de la
dirección del partido comunista. En todo centro de trabajo se debe aplicar el
sistema de la dirección del comité del Partido. Durante el período de la
dictadura del proletariado, el partido proletario debe mantener y desarrollar
vínculos estrechos con el proletariado y las grandes masas trabajadoras,
conservar y fomentar su vigoroso estilo revolucionario, atenerse con firmeza al
principio de combinar la verdad universal del marxismo-leninismo con la
práctica concreta de su propio país y perseverar en la lucha contra el
revisionismo, el dogmatismo y el oportunismo de todos colores.
En virtud de las
lecciones históricas de la dictadura del proletariado, el camarada Mao Tse-tung
señala:
“La lucha de clases, la
lucha por la producción y el experimento científico son tres grandes
movimientos revolucionarios para construir un poderoso país socialista. Estos
movimientos constituyen una real garantía de que los comunistas se verán libres
del burocratismo y serán inmunes contra el revisionismo y el dogmatismo, y
permanecerán siempre invencibles. Son una garantía segura de que el
proletariado será capaz de unirse con las amplias masas trabajadoras y
practicar una dictadura democrática. Si, en ausencia de estos movimientos, estuviese
permitido que surgiesen los terratenientes, campesinos ricos,
contrarrevolucionarios, elementos malos y ogros de toda clase, mientras
nuestros cuadros cerrasen los ojos a todo esto y en muchos casos incluso no
distinguieran entre los enemigos y nosotros, sino que colaboraran con ellos y
quedaran corrompidos y desmoralizados; si con ello nuestros cuadros fueran
arrastrados al campo enemigo o el enemigo lograra colarse en nuestras filas, y
si muchos de nuestros obreros, campesinos e intelectuales fueran dejados
indefensos ante las tácticas blandas y las tácticas duras del enemigo, entonces
no haría falta mucho tiempo, tal vez sólo algunos años o una década, o varias
décadas a lo sumo, para que ocurriera inevitablemente una restauración
contrarrevolucionaria en escala nacional, el partido marxista-leninista se
transformará en partido revisionista o partido fascista, y toda China cambiara
de color.”2
El camarada Mao Tse-tung
plantea que, para asegurar que nuestro Partido y nuestro país no cambien de color,
debemos no sólo tener una línea y política correctas, sino también preparar y
forjar decenas de millones de continuadores de la causa revolucionaria del
proletariado.
El problema de preparar
continuadores de la causa revolucionaria del proletariado, en el fondo, se
trata de si la causa revolucionaria marxista-leninista iniciada por los
revolucionarios proletarios de la vieja generación tiene quien la siga llevando
adelante, si la dirección de nuestro Partido y Estado seguirá en manos de los
revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes continuarán marchando
adelante por el correcto camino trazado por el marxismo-leninismo, o sea, si
podemos precavernos con éxito contra una repetición del revisionismo de
Jruschov en China. En una palabra, se trata de un problema importantísimo que
afecta al destino y a la misma existencia de nuestro Partido y nuestro Estado.
Se trata de un problema de importancia fundamental para la causa revolucionaria
de proletariado para cien, mil e incluso diez mil años. Inspirados en los
cambios operados en la Unión Soviética, los augures imperialistas ponen su
esperanza de la “evolución pacífica” en la tercera o cuarta generación del
Partido chino. Hemos de hacer fracasar completamente este vaticinio
imperialista. Tenemos que prestar atención, de arriba abajo, amplia y
constantemente, al problema de preparar y forjar continuadores de la causa
revolucionaria.
¿Qué requisitos tienen
que poseer los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado?
Deben ser verdaderos
marxistas-leninistas y, no ser, como Jruschov, revisionistas bajo el rótulo del
marxismo-leninismo.
Deben ser
revolucionarios que sirven de todo corazón a la inmensa mayoría de las masas
populares de China y del mundo y, no servir, como Jruschov, a los intereses de
una exigua capa social burguesa privilegiada en el país, y a los intereses de
los imperialistas y reaccionarios en el terreno internacional.
Deben ser políticos
proletarios capaces de unirse a la inmensa mayoría para trabajar con ella.
Deben saber unirse en el trabajo no sólo con los que compartan sus opiniones,
sino también con los que mantengan opiniones diferentes, así como con aquellos
que se hayan opuesto a ellos y que la práctica les haya probado sus errores.
Sin embargo, deben mantener especial vigilancia contra los individuos
ambiciosos y conspiradores como Jruschov y evitar que tales malvados usurpen la
dirección del Partido y del Estado a ningún nivel.
Deben ser ejemplares en
la aplicación del centralismo democrático del Partido, dominar el método de
dirección basada en el principio de “de las masas, a las masas”, cultivar un
estilo democrático de trabajo y escuchar la opinión de las masas. No deben
violar el centralismo democrático del Partido, ni ser despóticos, ni organizar
ataques sorpresivos a los camaradas, ni desentenderse de razones, ni tampoco
practicar la autocracia, como lo hace Jruschov.
Deben ser modestos y
prudentes, guardarse de la arrogancia y de la precipitación, estar provistos
del espíritu autocrítico, ser valientes en corregir las deficiencias y errores
en el trabajo. No deben en absoluto ocultar sus errores, atribuirse todos los
méritos a sí mismos e imputar todas las culpas a otros, como lo hace Jruschov.
Los continuadores de la
causa revolucionaria del proletariado nacen de la lucha de masas y crecen en la
prueba de las grandes tempestades revolucionarias. Se debe comprobar y
discernir a los cuadros y seleccionar y formar a los continuadores en el largo
curso de la lucha de masas.
Toda esta serie de
antedichos principios formulados por el camarada Mao Tse-tung constituye un
desarrollo creador del marxismo-leninismo, y una nueva arma agregada al arsenal
teórico del marxismo-leninismo, una nueva arma que tiene importancia decisiva
para garantizarnos contra la restauración del capitalismo. Siguiendo estos
principios, se puede consolidar la dictadura del proletariado, asegurar que
nuestro Partido y Estado jamás cambien de color, y garantizar el feliz
cumplimiento de la revolución y construcción socialistas, la ayuda al
movimiento revolucionario de los diversos pueblos del mundo para derribar al
imperialismo y sus lacayos y, en el futuro, la transición del socialismo al
comunismo.
* * *
La actitud de nosotros,
los marxistas-leninistas, ante la aparición de la camarilla revisionista de
Jruschov en la Unión Soviética, es la misma que ante cualquier “desorden”:
Primero, estamos en contra; segundo, no lo tememos.
No lo deseábamos y
estamos en su contra; pero, como la camarilla revisionista de Jruschov ha
surgido ya, esto no tiene nada de temible ni hay necesidad de alarmarse. La
Tierra seguirá girando como siempre. La historia continuará su marcha
progresiva. Los pueblos del mundo entero harán la revolución. El imperialismo y
sus lacayos terminarán inevitablemente aniquilados.
Las contribuciones
históricas del gran pueblo soviético resplandecerán por miles y miles de años,
y no serán oscurecidas en modo alguno por la traición de la camarilla
revisionista de Jruschov. Las grandes masas de obreros, campesinos,
intelectuales revolucionarios y comunistas de la Unión Soviética vencerán
indefectiblemente todos los obstáculos que encuentren en su camino de avance y
marcharán hacia el comunismo.
El pueblo soviético, los
pueblos de los países socialistas y los pueblos revolucionarios del mundo
entero, sacarán lecciones provechosas de la traición de la camarilla
revisionista de Jruschov. En la lucha contra el revisionismo de Jruschov, el
movimiento comunista internacional, se ha vuelto y seguirá volviéndose más
poderoso que nunca.
Los marxistas-leninistas
siempre han mantenido una actitud de optimismo revolucionario hacia el porvenir
de la causa revolucionaria del proletariado. Estamos firmemente convencidos de
que el esplendor de la dictadura del proletariado, del socialismo y del
marxismo-leninismo, iluminará la tierra soviética. El proletariado conquistará
todo el mundo y el comunismo logrará la completa y cabal victoria final en
nuestro planeta.
1/ Lenin, “Una gran
iniciativa”, Obras Completas, t. XXIX.
2/ Mao Tse-tung,
Comentario sobre “Siete buenos documentos de la provincia de Chechiang acerca
de la participación de los cuadros en el trabajo manual”, 9 de mayo de 1963.
Publicado por Odio de Clase