MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

MARX, ENGELS, LENIN, STALIN Y MAO

martes, 31 de mayo de 2011

Pacifismo burgués y pacifismo socialista

V. I. Lenin

Escrito: En 1917. Primera publicación: Publicado por primera vez en 1924, en la Recopilación de Lenin,
II.[1] Fuente: V. I. Lenin, Tres artículos de Lenin sobre la guerra y la paz. Pekín: Ediciones  en Lenguas Extranjeras, 1976.

I N D I C E

ARTICULO (O CAPITULO) I: VIRAJE EN LA  POLITICA MUNDIAL
ARTICULO (O CAPITULO) II: PACIFISMO  DE KAUTSKY Y DE TURATI
ARTICULO (O CAPITULO) III: PACIFISMO  DE LOS SOCIALISTAS Y SINDICALISTAS  FRANCESES
ARTICUL0 (0 CAPITUL0) IV:  ZIMMERWALD EN LA ENCRUCIJADA
NOTAS ARTICULO (O CAPITULO) I


VIRAJE EN LA POLITICA MUNDIAL

Hay indicios de que tal viraje se operó o se está operando; es decir, un viraje de la  guerra imperialista hacia la paz imperialista.

Un profundo e indudable agotamiento de ambas coaliciones imperialistas; la dificultad  de continuar la guerra; la dificultad que tienen los capitalistas en general y el capital  financiero, en particular, de arrancar a los pueblos algo más fuera de todo lo que le han  birlado en forma de escandalosas ganancias "de guerra"; la saciedad del capital  financiero de los países neutrales, Estados Unidos, Holanda, Suiza y otros, que se  acrecentó gigantescamente en la guerra y al cual no le es fácil proseguir en esa  "ventajosa" economía por la escasez de las materias primas y de las reservas  alimenticias; los intentos renovados de Alemania para separar uno u otro aliado de su  principal rival imperialista, Inglaterra; las declaraciones pacifistas del gobierno alemán  y, con él, las de una serie de gobiernos de los países neutrales; he ahí los indicios  principales.

¿Existen probabilidades de una pronta terminación de la guerra o no?

Es muy difícil contestar a esa pregunta con una aserción. Dos posibilidades se perfilan a  nuestro parecer con bastante nitidez:

La primera es que se concluya una paz por separado entre Alemania y Rusia, aunque no  sea en la forma corriente de un tratado formal escrito. La segunda es de que tal paz no  se concluya. Inglaterra y sus aliados todavía tienen fuerzas para sostenerse un año, dos,  etc. En el primer supuesto, la guerra cesaría ineluctablemente, de no ser ahora, en un  futuro próximo, y no se pueden esperar serias variantes en su curso. En el segundo,  podría continuar indefinidamente.

Detengámonos en el primer caso.

Que la paz por separado entre Alemania y Rusia se estuvo negociando recientemente;  que el mismo Nicolás II o la influyente camarilla cortesana es partidaria de una paz  semejante; que en la política mundial ya se delineó un viraje de alianza imperialista  entre Rusia e Inglaterra contra Alemania, hacia una alianza, no menos imperialista,  entre Rusia y Alemania contra Inglaterra; todo esto está fuera de duda.

La sustitución de Sturmer por Trepov, la declaración pública del zarismo de que el  "derecho" de Rusia sobre Constantinopla está reconocido por todos los aliados, la  creación por Alemania de un Estado polaco separado, son indicios que parecieran  señalar el hecho de que las negociaciones sobre una paz por separado fracasaron.  ¿Quizás el zarismo haya hecho negociaciones solamente para extorsionar a Inglaterra,  para obtener de ella un reconocimiento formal e inequívoco de los "derechos" de Nicolás el Sangriento sobre Constantinopla y de tales o cuales garantías "serias" de ese  derecho?

Dado que el contenido principal, fundamental, de la guerra imperialista en cuestión es el  reparto del botín entre los tres principales rivales imperialistas, entre los tres bandidos,  Rusia, Alemania e Inglaterra, nada tiene de improbable tal suposición. Por otra parte, cuanto más se perfila para el zarismo la imposibilidad práctica y militar  de recuperar Polonia, de conquistar Constantinopla, de quebrar el férreo frente alemán  que Alemania ajusta, acorta y fortifica magníficamente con sus últimas victorias en  Rumania, tanto más se ve obligado el zarismo a concluir una paz por separado con  Alemania, esto es, a pasar de su alianza imperialista con Inglaterra contra Alemania a  una alianza imperialista con Alemania contra Inglaterra. ¿Por qué no? ¿No estuvo Rusia  acaso a un paso de la guerra con Inglaterra por la competencia imperialista de ambas  potencias en el reparto del botín en Asia Central? ¿No se realizaron acaso negociaciones  entre Inglaterra y Alemania sobre una alianza contra Rusia, en 1898, habiéndose  comprometido secretamente, entonces, Inglaterra y Alemania a repartirse entre sí las  colonias de Portugal en "la eventualidad" de que ésta no cumpliera sus obligaciones  financieras?

La marcada tendencia de los círculos imperialistas dirigentes de Alemania hacia una  alianza con Rusia contra Inglaterra, se definió ya algunos meses atrás. La base de la  alianza será, evidentemente, el reparto de Galitzia (para el zarismo es de la mayor  importancia ahogar el centro de agitación y de libertad ucranianas), de Armenia ¡y quizá  de Rumania! ¡Se deslizó en un diario alemán la "insinuación" de que se podría dividir a  Rumania entre Austria, Bulgaria y Rusia! Alemania podría acordar algunas "menudas  concesiones" más al zarismo con tal de concertar una alianza con Rusia y también,  quizá, con Japón contra Inglaterra.

La paz por separado pudo haber sido concluida entre Nicolás II y Guillermo II en  secreto. En la historia de la diplomacia existen ejemplos de tratados secretos que nadie  conocía, ni siquiera los ministros, a excepción de dos o tres personas. En la historia de  la diplomacia existen ejemplos de cómo "las grandes potencias" concurrían a un  congreso "paneuropeo", habiendo negociado previamente lo principal, en secreto, entre  los grandes rivales (por ejemplo el acuerdo secreto entre Rusia e Inglaterra sobre el  saqueo de Turquía antes del Congreso de Berlín de 1878). ¡Nada habría de asombroso  en el hecho de que el zarismo rechazara una paz formal por separado entre gobiernos,  considerando, entre otras cosas, que en la situación actual de Rusia su gobierno podría  encontrarse en manos de Miliukov y Guchkov o de Miliukov y Kerenski, y que, al  mismo tiempo, concluyera un tratado secreto, no formal, pero no menos "firme", con  Alemania en el que se establecicra que ambas "altas partes contratantes" mantendrían  juntas una determinada línea en el futuro congreso de la paz!

No se puede saber si esta conjetura es correcta o no. De todos modos está mil veces más  cerca de la verdad, es una descripción mucho mejor del real estado de cosas que las  piadosas frases sobre la paz que intercambian los gobiernos actuales o los gobiernos  burgueses en general, basadas en el rechazo de las anexiones, etc. Esas frases son, o  bien ingenuos anhelos, o bien hipocresía y mentira que sirven para ocultar la verdad. La  verdad de la situación actual, de la guerra actual, del momento actual en que se hacen  tentativas para concluir la paz consiste en el reparto del botín imperialista. Allí está lo  esencial, y comprender esa verdad, expresarla, "enunciar aquello que realmente es", tal  es la tarea fundamental de la política socialista, a diferencia de la burguesa, para la cual  lo principal está en ocultar, en esfumar esa verdad.

Ambas coaliciones imperialistas saquearon una detcrminada cantidad de botín, habiendo  sido precisamente Alemania e Inglaterra los dos buitres principales y más fuertes, los  que más saquearon. Inglaterra no perdió un palmo de su tierra ni de sus colonias, "adquiriendo" las colonias alemanas y parte de Turquía (Mesopotamia). Alemania  perdió casi todas sus colonias, pero adquirió territorios inmensamente más valiosos en  Europa, al apoderarse de Bélgica, Servia, Rumania, parte de Francia, parte de Rusia, etc.

Se trata de dividir ese botín, debiendo el "cabecilla" de cada banda de asaltantes, es  decir, tanto Inglaterra como Alemania, recompensar en una u otra medida a sus aliados,  los cuales, a excepción de Bulgaria y en menor escala de Italia, sufrieron pérdidas muy  grandes. Los aliados más débiles son los que más perdieron: en la coalición inglesa  fueron aplastados Bélgica, Serbia, Montenegro, Rumania; en la alemana, Turquía perdió  a Armenia y parte de Mesopotamia.

Hasta ahora el botín de Alemania es sin duda considerablemente mayor que el de  Inglaterra. Hasta ahora triunfó Alemania, quedando inmensamente más fuerte de lo que  nadie hubiera podido suponer antes de la guerra. Se entiende, por lo tanto, que sería  conveniente para Alemania concluir la paz cuanto antes, pues su rival aún podría, en la  oportunidad más ventajosa imaginable para él (si bien poco probable), poner en juego  una más numerosa reserva de reclutas, etc.

Tal es la situación objetiva. Tal es el momento actual de la lucha por el reparto del botín  imperialista. Es completamente natural que este momento haya engendrado  aspiraciones, declaraciones y manifestaciones pacifistas preferentemente entre la  burguesía y los gobiernos de la coalición alemana y luego de los países neutrales. Es  igualmente natural que la burguesía y sus gobiernos estén obligados a emplear todas sus  fuerzas para burlar a los pueblos, encubriendo la repugnante desnudez de la paz  imperialista, el reparto de lo saqueado, por medio de frases, frases enteramente falsas  acerca de una paz democratica, acerca de la libertad de los pueblos pequeños, acerca de  la reducción de los armamentos, etc.

Pero si es natural en la burguesía que trate de burlar a los pueblos, ¿de qué manera  cumplen su deber los socialistas? De esto se tratará en el artículo (o capítulo) siguiente.

ARTICULO (O CAPITULO) II
EL PACIFISMO DE KAUTSKY Y DE TURATI

Kautsky es el teórico de mayor autoridad de la II Internacional, el jefe más destacado  del llamado "centro marxista" en Alemania, el representante de la oposición que ha  creado en el Reichstag una fracción aparte: el "Grupo Socialdemócrata del Trabajo"  (Haase, Ledebour y otros). En una serie de periódicos socialdemócratas de Alemania se  publican ahora artículos de Kautsky sobre las condiciones de paz, parafraseando la  declaración oficial del "Grupo Socialdemócrata del Trabajo" que éste presentó con  motivo de la conocida nota del gobierno alemán en la que se proponían negociaciones  sobre la paz. Al exigir que el gobierno proponga condiciones determinadas de paz, esa  declaración contiene entre otras cosas la siguiente frase característica:

 Para que dicha nota (del gobierno alemán) conduzca hacia la paz es necesario que" . . . en todos los países se rechace inequivocamente la idea de anexar zonas ajenas, de  someter política, económica o militarmente, cualquier pueblo que sea a otro Poder  estatal" . . . Parafraseando y concretando esa proposición, Kautsky "de muestra"  circunstanciadamente en sus artículos que Constantinopla no le debe tocar a Rusia y que  Turquía no debe ser un Estado vasallo de nadie.

Examinemos más atentamente esas consignas y esos argumentos políticos de Kautsky y  de sus correligionarios.

Cuando se trata de Rusia, o sea del rival imperialista de Alemania, entonces Kautsky ya  no plantea una exigencia abstracta, "general", sino una completamente concreta, precisa  y determinada: Constantinopla no debe tocarle a Rusia. Con eso mismo él desenmascara  las verdaderas intenciones imperialistas. . . de Rusia. Cuando se trata de Alemania, es  decir, precisamente de aquel país a cuyo gobierno y a cuya burguesía, la mayoría del  partido que cuenta a Kautsky entre sus miembros (y que nombró a Kautsky redactor de  su órgano principal teórico, directivo, Neue Zeit) ayuda a hacer la guerra imperialista,  entonces Kautsky no desenmascara las intenciones imperialistas concretas de su propio  gobierno, sino que se limita a expresar un deseo o una proposición "general": ¡¡Turquía  no debe ser un Estado vasallo de nadie!!
¿En qué se distingue pues la política de Kautsky, por su contenido efectivo, de la  política de los combativos, por así decirlo, socialchovinistas (es decir, socialistas de  palabra y chovinistas de hecho), de Prancia e Inglaterra, que desenmascaran los actos  imperialistas concretos de Alemania, pero cuando se trata de países y de pueblos  conquistados por Inglaterra o por Rusia, se escabullen expresando deseos o  proposiciones "generales"? Gritan cuando se trata de la ocupación de Bélgica, de Servia,  pero callan sobre la ocupación de Galitzia, de Armenia y de las colonias en Africa.

De hecho, la política de Kautsky y de Sembat-Henderson ayuda indistintamente a su  propio gobierno imperialista, atrayendo principalmente la atención sobre la malignidad  del rival y del enemigo y arrojando un velo de frases nebulosas, generales, y de  bondadosos deseos sobre los actos igualmente imperialistas de su "propia " burguesía. Y  nosotros dejaría mos de ser marxistas, dejaríamos en general de ser socialistas, si nos  contentáramos con la contemplación cristiana, por así decirlo, de la bondad de las  bondadosas frases generales, sin poner al descubierto su significado político real.

¿Acaso no vemos continuamente que la diplomacia de todas las potencias imperialistas  hace alarde de virtuosísimas frases "generales" y de sus declaraciones "democráticas"  encubriendo con ellas el saqueo, la violación y el estrangulamiento de los pueblos  pequeños?

"Turquía no debe ser un Estado vasallo de nadie" . . . Si digo solamente eso, puede  parecer que yo soy partidario de la plena libertad de Turquía. Pero en realidad no hago  más que repetir una frase pronunciada comúnmente por los diplomáticos alemanes que,  a todas luces, mienten y dan pruebas de hipocresía, encubriendo con dicha frase el  hecho de que Alemania haya transformado, ahora, a Turquía en su vasallo tanto en el  sentido financiero como en el militar. Y si yo soy un socialista alemán, mis frases  "generales" sólo resultan beneficiosas para la diplomacia alemana porque su significado  real reside en que sirven para adornar al imperialismo alemán.

 En todos los países debe repudiarse la idea de las anexiones, . . . del sometimiento" . . . económico de cualquier pueblo que sea.". . . ¡Qué alarde de virtud! Los imperialistas,  miles de veces, "repudian la idea" de las anexiones y del es trangulamiento financiero de los pueblos débiles, pero ¿no convendría confrontar eso con los hechos que  demuestran que cualquier banco grande de Alemania, Inglaterra, Francia o Estados  Unidos tiene " sometidos " a los pueblos pequeños? ¿Puede acaso, en la práctica, un  gobierno burgués actual de un país rico rechazar las anexiones y la subordinación  económica de los pueblos extraños, cuando se han invertido miles y miles de millones  en los ferrocarriles y en otras empresas de los pueblos débiles?

¿Quién es el que lucha realmente contra las anexiones, etc.: aquel que lanza hermosas  frases cuyo valor objetivo equivale exactamente al del agua bendita cristiana con la cual  se rocía a los bandidos coronados y capitalistas, o aquel que explica a los obreros que,  sin derrocar la burguesía imperialista y sus gobiernos, es imposible poner fin a las  anexiones y al estrangulamiento financiero?

He aquí una ilustración italiana del pacifismo que predica Kautsky.

En el órgano central del Partido Socialista Italiano Avanti! del 25 de diciembre de 1916,  el conocido reformista Filippo Turati publicó un artículo titulado "Abracadabra". El 22  de noviembre de 1916 -- escribe él -- el grupo socialista parlamentario de Italia propuso  en el parlamento una moción sobre la paz. En esa moción "comprobó la concordancia  de los principios proclamados por los representantes de Inglaterra y de Alemania,  principios que deben cimentar una paz posible, e invitó al gobierno a iniciar las  negociaciones de paz con la mediación de los Estados Unidos y de otros países  neutrales". Así expone el contenido de la moción socialista el mismo Turati.

El 6 de diciembre de 1916 la cámara "entierra" la moción socialista "postergando" su  discusión. El 12 de diciembre el canciller alemán propone en su propio nombre, en el  Reichstag, lo que querían los socialistas italianos. El 22 de diciembre interviene con su  Nota Wilson, "parafraseando y repitiendo -- según la expresión de F. Turati -- las ideas  y los argumentos de la moción socialista". El 23 de diciembre otros Estados neutrales  aparecen en escena parafraseando la Nota de Wilson.

Nos acusan de habernos vendido a Alemania, exclama Turati. ¿No se han vendido a  Alemania también Wilson y los Estados neutrales?

El 17 de diciembre Turati pronunció en el parlamento un discurso, uno de cuyos pasajes  provocó una extraordinaria y merecida sensación. He aquí ese pasaje, según la  información de Avanti! :   Supongamos que en una discusión del tipo que nos propone Alemania sea posible" . . . resolver a grandes trazos cuestiones tales como la evacuación de Bélgica, Francia, la  reconstitución de Rumania, Servia y, si queréis, de Montenegro; os agrego la  rectificación de las fronteras italianas en lo que se refiere a lo indiscutiblemente italiano  y que responde a garantías de un carácter estratégico". . . En ese pasaje la cámara  chovinista y burguesa interrumpe a Turati; de todas partes se oyen exclamaciones:  "¡Magnífico! ¡Quiere decir que usted también quiere todo eso! ¡Viva Turati! ¡Viva  Turati!". . .

Turati, al darse cuenta, por lo visto, de que algo anda mal en ese entusiasmo burgués,  trata de "corregirse" o de "explicarse":  Señores -- dice él --, no estamos para bromas inoportunas. Una cosa es admitir la" . . . conveniencia y el derecho de la unidad nacional, siempre reconocida por nosotros; otra  cosa es provocar o justificar la guerra por ese motivo".

Ni esa "explicación" de Turati, ni los artículos de Avanti! publicados en su defensa, ni  la carta de Turati del 21 de diciembre, ni el artículo de cierto "b b " aparecido en el  Volksrecht de Zurich "arreglan" en absoluto la situación, ¡ni suprimen el hecho de que  Turati se haya traicionado! . . . Más precisamente: no fue Turati el que se ha traicionado  sino todo el pacifismo socialista, representado por Kautsky y, como veremos más  adelante, por los "kautskianos" franceses. La prensa burguesa de Italia tuvo razón  cuando recogió ese pasaje en el discurso de Turati regocijándose al respecto.

El mencionado "b b " intenta defender a Turati diciendo que aquél sólo se refería al  "derecho de autodeterminación de las naciones".

¡Mala defensa! ¿Qué tiene que ver "el derecho de autodeterminación de las naciones"  que, como todos saben, está en el programa de los marxistas (y ha estado siempre en el  programa de la democracia internacional), con la defensa de los pueblos oprimidos?  ¿Qué tiene que ver con la guerra imperialista, es decir, con la guerra por el reparto de  las colonias, por la opresión de los países extraños, con la guerra entre potencias  opresoras y de saqueo, por ver quién puede oprimir más pueblos extraños?
Invocar la autodeterminación de las naciones para justificar una guerra imperialista, no  una guerra nacional, ¿en qué se distingue eso de los discursos de Alexinski, Hervé,

Hyndman, quienes invocan la república en Francia en contraposición a la monarquía en  Alemania, aunque todos saben que la guerra en cuestión no se debe en absoluto al  choque del sistema republicano con el principio monárquico, sino al reparto de las  colonias y demás, entre dos coaliciones imperialistas?

Turati se explicaba y se defendía diciendo que de ningún modo "justificaba" la guerra.

Creamos al reformista Turati, a Turati el partidario de Kautsky, que no fue su intención  justificar la guerra. ¿Pero quién ignora que en la política no se toman en cuenta las  intenciones sino los actos, no los buenos deseos sino los hechos, no lo imaginado sino lo  real?

Admitamos que Turati no haya querido justificar la guerra, que Kautsky no haya  querido justificar el que Alemania establezca relaciones de vasallaje de Turquía  respecto del imperialismo alemán. Pero en la práctica resultó que esos dos tiernos pacifistas ¡justificaron precisamente la guerra! He aquí el fondo del asunto. Si Kautsky  hubiera pronunciado algo semejante a "Constantinopla no debe tocarle a Rusia, Turquía  no debe ser un Estado vasallo de nadie", no en una revista, tan aburrida que nadie lee,  sino desde la tribuna del parlamento, ante un público burgués vivo, impresionable, de  temperamento meridional, nada habría de asombroso en que los ingeniosos burgueses  exclamaran: "¡Magnífico! ¡Muy bien! ¡Viva Kautsky!"

Turati adoptaba de hecho -- independientemente de si lo quería o no, de si tenía  conciencia de ello -- el punto de vista de un intermediario burgués, que proponía un  arreglo amistoso entre los buitres imperialistas. "Liberar" las tierras italianas  pertenecientes a Austria sería encubrir en los hechos la recompensa que se otorga a la burguesía italiana por su participación en la guerra imperialista de una coalición  imperialista gigantesca, sería un suplemento sin importancia al reparto de las colonias  en Africa, y de las esferas de influencia en Dalmacia y en Albania. Es natural, quizá,  que el reformista Turati adopte un punto de vista burgués, pero Kautsky de hecho no se  distingue absolutamente en nada de Turati.

Para no aderezar la guerra imperialista, para no ayudar a la burguesía a hacer pasar esa  guerra por nacional, por una guerra liberadora de los pueblos, para no encontrarse en la  posición de un reformismo burgués, hay que hablar, no como lo hacen Kautsky y Turati,  sino como lo hacía Karl Liebknecht; hay que decirle a la propia burguesía que es  hipócrita cuando habla de liberación nacional, que la paz democrática es imposible en  relación con la guerra actual, a no ser que el proletariado "vuelva las armas" contra sus  propios gobiernos.

Esa debería ser, y sólo esa, la posición de un verdadero marxista, de un verdadero  socialista y no de un reformista burgués. No trabaja realmente en beneficio de la paz  democrática el que repite los buenos y generales deseos del pacifismo, que nada dicen y  a nada obligan, sino el que desenmascara el carácter imperialista tanto de la guerra  actual como de la paz imperialista que ella está preparando; el que llama a los pueblos a  la revolución contra los gobiernos criminales.

Algunos tratan a veces de defender a Kautsky y a Turati diciendo que legalmente no se  podía ir más allá de una "alusión" en contra del gobierno y tal "alusión" existe en los  pacifistas de esa clase. Pero a esto hay que contestar, primero, que el hecho de que sea  imposible decir legalmente la verdad es un argumento que no va en favor del  encubrimiento de la verdad sino a favor de la necesidad de establecer una organización  y una prensa ilegal, es decir, libre de la policía y de la censura; segundo, que existen  momentos históricos en que al socialista se le exige una ruptura con cualquier legalidad;  tercero que, aun en la Rusia feudal, Dobroliubov y Chernishevski sabían decir la verdad,  sea pasando en silencio el manifiesto del 19 de febrero de 1861, sea burlándose de los  liberales de entonces que decían discursos idénticos a los de Turati y de Kautsky, sea  ridiculizándolos.

En el artículo siguiente pasaremos al pacifismo francés que encontró su expresión en las  resoluciones de dos congresos de organizaciones obreras y socialistas de Francia,  recientemente celebrados.

ARTICULO (O CAPITULO) III
EL PACIFISMO DE LOS SOCIALISTAS Y SINDICALISTAS FRANCESES

Acaban de clausurarse los congresos de la C.G.T. francesa (Confédération Générale du  Travail)[2] y del Partido Socialista Francés[3]. Aquí se delineó con particular nitidez el  significado y el papel auténticos que desempeña en el momento actual el pacifismo  socialista.

He aquí la resolución del congreso sindical, adoptada unánimemente tanto por la  mayoría de los chovinistas furiosos, con el tristemente famoso Jouhaux a la cabeza,  como por el anarquista Broutechoux y . . . el "zimmerwaldista" Merrheim: "La conferencia de las federaciones gremiales nacionales, de las uniones de los  sindicatos, de las bolsas de trabajo, habiéndose notificado de la Nota del Presidente de  los Estados Unidos que 'invita a todas las naciones que se encuentran actualmente en  guerra a exponer públicamente sus puntos de vista sobre las condiciones en las que se le  podría poner fin'; -- "solicita del gobierno francés, otorgue su conformidad a dicha propuesta;  "invita al gobierno a asumir la iniciativa de intervenir ante sus aliados para apresurar la  hora de la paz;  "declara que la federación de naciones, que es una de las garantías de la paz definitiva,  puede ser asegurada sólo a condición de que todas las naciones, tanto pequeñas como  grandes, sean independientes, territorialmente inviolables y política y económicamente  libres.

"Las organizaciones representadas en la conferencia asumen la obligación de apoyar y  difundir esa idea entre las masas obreras para que cese la situación indefinida, ambigua,  que sólo beneficia a la diplomacia secreta contra la cual siempre se rebeló la clase  obrera".

He aquí un ejemplo de un pacifismo "puro" muy al estilo de Kautsky, de un pacifismo  aprobado por una organización oficial de obreros que nada tiene de común con el  marxismo y que está formada en su mayoría por chovinistas. Tenemos ante nosotros un  documento descollante y que merece la más seria atención, el documento de la  unificación política ds los chovinistas y de los kautskianos, basado en una huera  fraseología pacifista. Si en el artículo precedente hemos intentado mostrar en qué  consiste la base teórica de la unidad de opiniones de chovinistas y de pacifistas, de  burgueses y de reformistas socialistas, vemos ahora esa unidad realizada en la práctica  en otro país imperialista.

En la Conferencia de Zimmerwald, 5-8. IX. 1915, Merrheim declaró: "Le parti, les  Jouhaux, le gouvernement, ce ne sont que trois tetes sous un bonnet " ("El partido, los  señores Jouhaux, el gobierno, no son sino tres cabezas bajo un mismo bonete", es decir  son una misma cosa). En la Conferencia de la C.G.I. del 26 de diciembre de 1916  Merrheim vota, junto con Jouhaux, la resolución pacifista. El 23 de diciembre de 1916  uno de los órganos más francos y extremos de los socialimperialistas alemanes, el  periódico de Chemnitz Volksstimme, inserta el artículo editorial: "Descomposición de  los partidos burgueses y restablecimiento de la unidad socialdemócrata". En ese artículo  se alaba, naturalmente, el espíritu de paz de Sudekum, Legien, Scheidemann y Cía., de  toda la mayoría del Partido Socialdemócrata Alemán, como también del gobierno  alemán, y se proclama que "el primer congreso del Partido con vocado después de la  guerra debe restablecer su unidad, excepción hecha de los poco numerosos fanáticos  que rehusan pagar las cuotas del Partido" (¡es decir de los adictos a Karl Liebknecht!),  "-- restablecer la unidad del Partido sobre la base de la política de la dirección del  partido, de la fracción socialdemócrata del Reichstag y de los sindicatos".

Con una claridad meridiana se expresa aquí la idea y se proclama la política de la  "unidad" entre los socialchovinistas abiertos de Alemania con Kautsky y Cía., y el "Grupo Socialdemócrata del Trabajo" -- unidad basada en frases pacifistas --, ¡"unidad"  como la realizada en Francia el 26 de diciembre de 1916 entre Jouhaux y Merrheim!

El órgano central del Partido Socialista Italiano Avanti! escribe en su nota editorial del  28 de diciembre de 1916:  "Si bien Bissolati y Sudekum, Bonomi y Scheidemann, Sembat y David, Jouhaux y Legien pasaron al campo del nacionalismo burgués y traicionaron (hanno tradito ) la  unidad ideológica de los internacionalistas a la cual prometieron servir en cuerpo y  alma, nosotros nos quedaremos junto a nuestros camaradas alemanes tales como  Liebknecht, Ledebour, Hoffman, Meyer, a nuestros camaradas franceses tales como  Merrheim, Blanc, Brizon, Raffin-Dugens, quienes no cambiaron ni vacilaron".

Ved qué confusión se produce:

Bissolati y Bonomi fueron expulsados por reformistas y chovinistas, del Partido  Socialista Italiano aún antes de la guerra. Avanti! los coloca en el mismo nivel que a  Sudekum y a Legien, y con toda razón por cierto; pero Sudekum, David y Legien están  a la cabeza del pretendido partido socialdemócrata de Alemania, socialchovinista de  hecho, y el mismo Avanti! se rebela contra su expulsión, contra la ruptura con ellos, contra la formación de la III Internacional. Avanti! anuncia, y con justa razón, que  Legien y Jouhaux se han pasado al campo del nacionalismo burgués, oponiéndolos a  Liebknecht y a Ledebour, a Merrheim y a Brizon. Pero nosotros vemos que Merrheim  vota junto con Jouhaux y que Legien manifiesta, por boca de Volksstimme de  Chemnitz, su certidumbre en el restablecimiento de la unidad del Partido, con la única  excepción de los correligionarios de Liebknecht, esto es, ¡¡"unidad" junto con el "Grupo  Socialdemócrata del Trabajo" (Kautsky inclusive) al cual pertenece Ledebour!!

Esa confusión es originada por el hecho de que Avanti! confunde el pacifismo burgués con el internacionalismo socialdemócrata revolucionario, mientras que politiqueros tan  experimentados como Legien y Jouhaux han comprendido magníficamente la identidad  del pacifismo socialista y la del pacifismo burgués.  ¡Cómo no han de regocijarse el señor Jouhaux y su periódico chovinista La Bataille [4]  con motivo de la "unanimidad" de Jouhaux y de Merrheim, cuando, en la resolución  adoptada unánimemente y citada por nosotros íntegramente, no hay de hecho  absolutamente nada, salvo frases pacifistas burguesas, no hay ni sombra de conciencia revolucionaria, ni una sola idea socialista!

¿No es ridiculo acaso hablar de "libertad económica de todas las naciones, tanto  pequeñas como grandes", pasando en silencio aquello de que mientras no se derroquen  los gobiernos burgueses y no se expropie a la burguesía, esa "libertad económica" es un  engaño del pueblo, del mismo modo que las frases referentes a la "libertad económica"  de los ciudadanos en general, de los pequeños campesinos y de los ricos, de los obreros  y de los capitalistas, en la sociedad contemporánea?

La resolución por la cual votaron unánimemente Jouhaux y Merrheim está totalmente  impregnada por las ideas del "nacionalismo burgués", que Avanti! destaca  acertadamente en Jouhaux, pero que Avanti! extrañamente no ve en Merrheim. Los nacionalistas burgueses han hecho alarde, siempre y en todas partes, de frases  "generales" sobre una "federación de naciones" en general, sobre la "libertad económica  de todas las naciones grandes y pequeñas". Los socialistas, a diferencia de los  nacionalistas burgueses, decían y dicen: perorar acerca de la "libertad económica de las  naciones grandes y pequeñas" es una hipocresía repugnante, en tanto que unas naciones  (por ejemplo Inglaterra y Francia) coloquen en el extranjero, es decir, concedan  préstamos con intereses usurarios a las naciones pequeñas y atrasadas, miles y miles de  millones de francos de capital y las naciones pequeñas y débiles se encuentren bajo su  yugo.

Los socialistas no podrían dejar, sin una protesta decidida, una sola frase de aquella  resolución, por la cual votaron unánimemente Jouhaux y Merrheim. Los socialistas  hubieran declarado, en contraposición abierta a dicha resolución, que el discurso de  Wilson es una evidente mentira e hipocresia, pues Wilson es un representante de la  burguesia que ha ganado miles de millones en la guerra, es el jefe de un gobierno que  llevó hasta la locura la acción armamentista de los Estados Unidos, con fines  manifiestos de una segunda gran guerra imperialista; que el gobierno burgués francés,  atado de pies y manos por el capital financiero, del cual es esclavo, y por los tratados  imperialistas secretos enteramente rapaccs y reaccionarios, con Inglaterra, Rusia, etc.,  no está en condiciones de decir ni de hacer otra cosa que lanzar las mismas mentiras  sobre la cuestión de una paz democrática y "justa"; que la lucha por una paz semejante  consiste, no en la repetición de frases pacifistas generales, estériles, insustanciales,  bondadosas y melifluas, que a nada obligan y que sólo embellecen en la práctica la  ruindad imperialista, sino en declarar a los pueblos la verdad, precisamente en  declarársela a los pueblos: para obtener una paz justa y democrática es preciso derrocar  a los gobiernos burgueses de todos los países beligerantes y aprovechar para ello el  hecho de que millones de obreros están armados, como también la exasperación general  de las masas de la población, provocada por la carestía de la vida y por los horrores de  la guerra imperialista.

Eso es lo que deberían haber dicho los socialistas en lugar de la resolución de Jouhaux y  de Merrheim.
¡¡El Partido Socialista Francés, en su congreso que se realizó en París simultáneamente  con el de la C.G.T., no sólo no dijo eso, sino que adoptó una resolución aún peor, por  2.838 votos contra 109 y 20 abstenciones, es decir, con el bloque de los  socialchovinistas (Renaudel y Cía., los así llamados majoritaires, los partidarios de la  mayoría) y de los longuetistas (partidarios de Longuet, kautskianos franceses)!! ¡¡AI  mismo tiempo votaron por esa resolución el zimmerwaldista Bourderon y el kienthalista  Raffin-Dugens!!

No citaremos el texto de esa resolución pues es excesivamente larga y carece en  absoluto de interés: en ella figuran a la par las frases bondadosas y melifluas acerca de  la paz y la declaración de estar dispuestos a seguir apoyando la así llamada "defensa de  la patria" en Francia, es decir, de seguir apoyando la guerra imperialista en la que  Francia está aliada con bandidos aún más fuertes y más grandes, tales como Inglaterra y  Rusia. La unificación de los socialchovinistas con los pacifistas (o kautskianos) en Francia, y  con parte de los zimmerwaldistas, se convirtió, por consiguiente, en un hecho, no sólo  en la C.G.T. sino también en el Partido Socialista.

ARTICUL0 (0 CAPITUL0) IV
ZIMMERWALD EN LA ENCRUCIJADA

El 28 de diciembre llegaron a Berna los periódicos franceses con el informe referente al  Congreso de la C.G.T. y el 30 de diciembre apareció, en los periódicos socialistas de  Berna y de Zurich, un nuevo llamamiento de la I. S. K. de Berna ("Internationale  Sozialistische Kommission"), Comisión Socialista Internacional, órgano ejecutivo de la  unión zimmerwaldiana. En ese llamamiento, fechado a fines de diciembre de 1916, se  habla de la propuesta de paz por parte de Alemania como también de Wilson y de otros  países neutrales. A estas manifestaciones gubernamentales las llaman, y con justa razón,  "comedia de la paz", "juego para burlar a los propios pueblos", "gesticulaciones  pacifistas e hipocritas de los diplomáticos".

A esta comedia y a esta mentira se les contrapone, como "única fuerza" capaz de lograr  la paz, etc., la "firme voluntad" del proletariado internacional de "dirigir las armas no  contra sus hermanos, sino contra el enemigo que está en su propio país".

Las citas mencionadas nos muestran manifiestamente dos políticas diferentes en su raíz  que, hasta el presente, parecían lievarse de acuerdo dentro de la unión zimmerwaldiana  y que ahora se han separado definitivamente.

Por una parte, Turati dice definidamente, y con toda justicia, que la propuesta de  Alemania, de Wilson, etc., sólo es la "paráfrasis " del pacifismo "socialista" italiano. La  declaración de los socialchovinistas alemanes y la votación de los franceses demuestran que tanto unos como otros han apreciado perfectamente la utilidad del encubrimiento pacifista de su política.

Por otra parte, el llamamiento de la Comisión Socialista Internacional da el nombre de comedia y de hipocresía al pacifismo de todos los gobiernos neutrales y beligerantes.

Por una parte, Jouhaux se une con Merrheim; Bourderon, Longuet y Raffin-Dugens, con Renaudel, Sembat y Thomas; y los socialchovinistas alemanes Sudekum, David,  Scheidemann, proclaman el próximo "restablecimiento de la unidad socialdemócrata" con Kautsky y con el "Grupo Socialdemócrata del Trabajo".
Por otra parte, el llamamiento de la Comisión Socialista Internacional invita a las  "minorías socialistas" a luchar enérgicamente contra "sus gobiernos" "y contra sus  socialpatriotas mercenarios" (Söldlinge ).
O esto o aquello.  ¿Desenmascarar todo lo insustancial, lo absurdo, lo hipócrita del pacifismo burgués o bien "parafrasear" su pacifismo "socialista"? ¿Luchar contra los Jouhaux y los Renaudel, contra los Legien y los David como "mercenarios" de los gobiernos, o bien unirse con ellos sobre la base de las declamaciones pacifistas y vacías de molde francés o alemán?

Esta es la línea divisoria según la cual se produce la separación entre la derecha de Zimmerwald, que se rebeló siempre y con todas sus fuerzas contra una escisión con los socialchovinistas, y su izquierda, que ya en Zimmerwald mismo no en vano tuvo buen cuidado de marcar abiertamente un límite con la derecha, de intervenir, en la conferencia y después de ella, en la prensa, con una plataforma distinta. La proximidad de la paz, o aunque sea la discusión intensiva del problema de la paz por algunos elementos burgueses, originó, no por mera casualidad sino inevitablemente, una separación particularmente manifiesta entre una política y la otra. Porque a los pacifistas burgueses y a sus imitadores o remedadores "socialistas" la paz se les figuraba y figura como algo en principio distinto en el sentido de que la idea: "la guerra es la continuación de la política de paz, la paz es la continuación de la política de guerra", nunca fue comprendida por los pacifistas de ambos matices. Que la guerra imperialista de los años 1914-1917 es la continuación de la política imperialista de los años 1898-

1914, si no lo es también de un período anterior, no quisieron ni quieren verlo los burgueses ni los socialchovinistas. Que la paz puede ser ahora, a no ser que se derroquen revolucionariamente los gobiernos burgueses, sólo una paz imperialista que prolongue la guerra imperialista, eso no lo ven los pacifistas, sean éstos burgueses o socialistas.

Así como para emitir una apreciación de la guerra actual se han empleado frases estrechas, vulgares y sin sentido sobre la agresión o la defensa en general, así también respecto de la paz se emplean lugares comunes de filisteos, olvidando la situación histórica concreta, la realidad concreta de la lucha entre las potencias imperialistas. Y era natural que los socialchovinistas, esos agentes de los gobiernos y de la burguesía dentro de los partidos obreros, aprovecharan la proximidad de la paz, incluso las conversaciones sobre la paz, para esfumar la profundidad de su reformismo y de su oportunismo, puesta de manifiesto por la guerra, para restablecer su quebrantada influencia sobre las masas. De ahí que los socialchovinistas, como ya lo hemos visto, tanto en Alemania como en Francia, traten con renovados esfuerzos de "unirse" con la parte pacifista, vacilante y sin principios de la "oposición".

También dentro de la unión zimmerwaldiana se harán, probablemente, tentativas para esfumar la división de dos líneas políticas irreconciliables. Se pueden prever dos tipos de tentativas La conciliación "práctica" consistirá simplemente en mezclar mecánicamente las sonoras frases revolucionarias (tales como por ejemplo las contenidas en el llamamiento de la Comisión Socialista Internacional) con las prácticas pacifista y oportunista. Así sucedió en la II Internacional. Las frases archirrevolucionarias contenidas en los llamamientos de Huysmans y Vandervelde y en algunas resoluciones de los congresos sólo encubrían la práctica archioportunista de la mayoría de los partidos europeos, sin transformarla, sin socavarla, sin luchar contra ella.

Es dudoso que, dentro de la unión zimmerwaldiana, esa táctica pueda lograr un nuevo éxito.
Los "conciliadores de principios" intentarán of recer una falsificación del marxismo  bajo la forma de una reflexión tal como, por ejemplo: que las reformas no excluyen la revolución; que la paz imperialista, con determinadas "mejoras" de las fronteras entre las nacionalidades, o del derecho internacional, o del presupuesto para los armamentos, etc., es posible, a la par de un movimiento revolucionario, como "uno de los aspectos del desarrollo" de este movimiento; y así sucesivamente, y etc.

Eso sería falsificación del marxismo. Por cierto, las reformas no excluyen la revolución.

Sin embargo no se trata ahora de eso, sino de que los revolucionarios no se excluyan a sí mismos frente a los reformistas, es decir, de que los socialistas no sustituyan su labor revolucionaria por la reformista. Europa pasa por una situación revolucionaria. La guerra y la carestía la aguzan. La transición de la guerra a la paz no la suprime necesariamente, porque de ningún lado deriva que los millones de obreros, que tienen en su poder un armamento excelente, permitan indispensable e incondicionalmente que la burguesía los "desarme en forma pacífica" en lugar de seguir el consejo de Liebknecht, esto es, en lugar de dirigir las armas contra su propia burguesía.

La cuestión no es como la plantean los pacifistas, los kautskianos: o bien la campaña política reformista o bien el rechazo de las reformas. Eso es una manera burguesa de plantear el asunto. De hecho el problema está planteado así: o bien la lucha revolucionaria cuyo producto colateral, en caso de un éxito incompleto, suelen ser las reformas (eso lo demostró la historia de las revoluciones en todo el mundo), o bien nada más que conversaciones acerca de las reformas y de las promesas de reformas. El reformismo de Kautsky, de Turati, de Bourderon, que se presenta ahora en forma de pacifismo, no sólo deja de lado la cuestión de la revolución (esto ya es traicionar al socialismo), no sólo renuncia en la práctica a toda labor revolucionaria sistemática y sostenida, sino que llega a declarar que las manifestaciones callejeras son una aventura (Kautsky en Neue Zeit el 26 de noviembre de 1915), llega hasta el punto de defender y realizar la unidad con los adversarios francos y decididos de la lucha revolucionaria, los Sudekum, los Legien, los Renaudel, los Thomas, etc. y etc.
Ese reformismo es absolutamente incompatible con el marxismo revolucionario, que está obligado a aprovechar, en todos sus aspectos, la presente situación revolucionaria en Europa para hacer una prédica directa de la revolución, del derrocamiento de los gobiernos burgueses, de la conquista del Poder por el proletariado armado, sin renunciar ni negarse a utilizar las reformas, para el desarrollo de la lucha por la revolución y en el curso de la misma.

Veremos en un futuro próximo cómo se desenvolverá en general el proceso de los acontecimientos en Europa, la lucha del reformismo-pacifismo con el marxismo revolucionario en particular, y dentro de ésta, la lucha entre los dos sectores de la unión zimmerwaldiana.

Firmado: N. L.
NOTAS
[1] Lenin proyectaba publicar el artículo "Pacifismo burgués y pacifismo socialista" en  el periódico Novi Mir (Mundo Nuevo), que era editado en Nueva York por los  socialistas rusos emigrados. Pero el artículo no apareció allí. Los dos primeros capítulos del mismo aparecieron, luego de su reelaboración, en el último número (el 58) de Sotsial-Demokrat con el título "Un viraje en la política mundial" (véase V. I. Lenin, Obras Completas, t. XXIII).
[2] Confédération Générale du Travail (Confederacion General del Trabajo), unión de los sindicatos de toda Francia constituida en 1895. En el período de la Primera Guerra Mundial el núcleo directivo de la Confederación General del Trabajo se coloco al lado de los imperialistas e hizo la propaganda en favor de la colaboración de clases y de la "defensa de la patria".
[3] El Partido Socialista Francés se formó en 1902. En 1905, por iniciativa del Partido Socialista Frances y del Partido Socialista de Francia, fue formado un partido socialista único, del que formaban parte los miembros de todos los partidos y agrupaciones socialistas (guesdistas, blanquistas, jauresistas y otros). La dirección del Partido Socialista Francés pasó a los socialreformistas (encabezados por Jaurés), que constituía su mayoría. Durante la Primera Guerra Mundial el partido ocupó la posición socialchovinista, su fracción parlamentaria votó los créditos de guerra, y sus representantes formaron parte del gobierno burgués. En el Congreso de Tours (25-30 de diciembre de 1920) el Partido Socialista Francés se dividió: la mayoría formó el Partido Comunista de Francia, la minoría derechista-oportunisita, encabezada por León Blum, abandonó el congreso y creó un partido independiente, adoptando el antiguo nombre de Partido Socialista Francés.
[4] La Bataille, órgano de los anarcosindicalistas franceses; empezó a publicarse en París en noviembre de 1915; en la Primera Guerra Mundial ocupó una posición socialchovinista

miércoles, 4 de mayo de 2011

LUMINOSO FUTURO: Trabajadores del Cáucaso, ¡Ha llegado la hora de ...

LUMINOSO FUTURO: Trabajadores del Cáucaso, ¡Ha llegado la hora de ...: "J. V. Stalin 8 de enero 1905 Primera edición: Publicado de acuerdo con el texto de la proclama impresa 08 de enero 1905 en la tipografía ..."

Marx y Engels sobre levantamiento

JV Stalin
13 de julio 1906


El menchevique N. Kh. cree que la suerte sonríe a los audaces e. .. se atreve a reconocer una vez más, los bolcheviques blanquismo (véase Símartle (núm. 7) [ * 1 ].

Ciertamente, hay en esto no hay nada sorprendente. El alemán oportunista Bernstein y Vollmar desde hace tiempo, Kautsky y Bebel de blanquistas. Francés oportunistas Jaurès y Millerand del acusado desde hace tiempo Guesde y Lafargue del blanquismo y jacobinismo. Sin embargo, todo el mundo sabe que Bernstein ,Millerand , Jaurès y otros son oportunistas, que traicionan el marxismo, mientras que Kautsky , Guesde ,Lafargue y otros marxistas revolucionarios. Lo sorprendente es que los oportunistas de Rusia y de su siervo N.Kh. similares a los de Europa y blanquistas oportunistas nos llaman? Esto significa que los bolcheviques son tan pocos como Kautsky y Guesde , los marxistas revolucionarios [ 2 * ].

Aquí terminamos la conversación con N. Kh. Sin embargo, "profundiza" la cuestión y trata de demostrar su tesis. No ofender, por lo tanto, y vamos a escuchar.

N. Kh. no está de acuerdo con la siguiente vista de los bolcheviques: "Di [ 1 ] , la gente de las ciudades están llenas de odio al gobierno [ 2 ] , siempre se puede obtener para la lucha, cuando se presente ocasión cuantitativamente. Esto significa que ya estamos listos. Pero esto sigue siendo insuficiente. Para el levantamiento será victorioso necesario establecer de antemano el plan de la lucha, preparar con antelación para luchar contra la táctica, debe tener la adscripción arreglado, etc. " (Ver Tskhovreba Akhali, N ° 6) [ * 3 ].

N. Kh. no está de acuerdo con eso. ¿Por qué? Para esto, por desgracia, es blanquismo ! Así N. Kh. no quieren tener incluso un "combate táctico" o "destacamentos organizados", o la acción organizada: todo lo que, al parecer, no es esencial, es superfluo. Los bolcheviques afirman que sólo el "odio al gobierno es insuficiente", que la conciencia sólo es "insuficiente", también es necesario contar con "destacamentos y tácticas de combate." N. Kh. rechaza esto, diciendo que es el blanquismo .

Vamos a recordar y transmitir.

N. Kh. no como el pensamiento de Lenin:

"Tenemos que recoger la experiencia de la insurrección en Moscú, el Donets, Rostov y otros levantamientos, para difundir esta experiencia, tenaz y pacientemente preparar lucha contra las nuevas fuerzas de encargar a ellos y la temporada en una serie de operaciones de la guerrilla. El nuevo explosión tal vez no surgen todavía, pero dan por vencidos y, con toda probabilidad no es muy lejos. Tenemos que hacerle frente armado, militarmente organizada, capaz de decisiva operaciones ofensivas "(ver Izvestia Partíinie [ * 4 ]).

N. Kh. no está de acuerdo con esta idea de Lenin. ¿Por qué? Para esto, por desgracia, es blanquismo !

Por lo tanto, de acuerdo con N. Kh. no hay que "recoger la experiencia en el levantamiento de diciembre y no hay que" difundir "la misma. De hecho, la explosión se acerca, pero la segunda N. Kh. debemos "cara que las armas," no debemos prepararnos para "decisivo operaciones ofensivas." ¿Por qué? Porque, por supuesto, sin armas y sin preparación ganar pronto! Los bolcheviques dicen que usted puede esperar a que la explosión y que es nuestro deber prepararnos para ello, tanto desde el punto de vista de la conciencia como el punto de vista de las armas. N. Kh. Sabemos que la explosión es probable, pero a excepción de la agitación verbal, no admite duda algo más y por lo tanto la necesidad de armar, cree que esto es superfluo. Los bolcheviques afirman que es necesario inculcar la conciencia y la organización de la insurgencia, que comenzó de forma espontánea e inconexa. N. Kh. ni siquiera lo reconocen: que usted ve, es el blanquismo . Los bolcheviques decir que en un momento dado se requieren "las operaciones de ofensiva decisiva". N. Kh. disgustar ni la resolución ni las operaciones ofensivas: todo esto, por desgracia, es el blanquismo .

Recordemos que a ver cuál es la actitud de Marx y de ingenieros en relación a la insurrección armada.

Esto es lo que Marx escribió después de 1850: Desde que comenzó la sublevación, debemos actuar con la mayor determinación, tomar la ofensiva. "La defensiva es la muerte de una insurrección armada ... Usted tiene que sorprender a sus oponentes, mientras que las fuerzas son obtener nuevos éxitos y dispersas, por pequeña que sea, sino todos los días, tenemos que mantener la moral que me dieron el levantamiento victorioso en primer lugar, para recoger vosotros en torno a los elementos vacilantes, que siempre siguen el impulso más fuerte, y siempre se alinean el lado que se golpea, debe obligar al enemigo a retirarse antes de que haya sido capaz de reunir sus fuerzas en contra de usted, en definitiva, seguir las palabras de Danton , el más grande maestro de la táctica revolucionaria que hasta ahora conocida: De l'audace, l 'encore Audace de l'Audace "[" Audacia, audacia, siempre audacia "] (véase Karl Marx, Ensayos Históricos, pág. 95) [ * 5 ].

Así dice el mayor marxista, Carlos Marx.

Como se ve, según Marx, que quiere la victoria de la insurrección debe tomar el camino de la ofensiva. Pero sabemos que todo el que toma el camino de las armas ofensivas debe poseer no sólo conocimientos, sino también destacamentos militares y capacitados: no en que la ofensiva es imposible. En cuanto a las operaciones ofensivas atrevido, que son, según Marx, la carne y la sangre de cualquier insurgencia. N. Kh. Por el contrario, se burla tanto de la ofensiva operaciones audaces, como la política y anuncios ofensiva organizada y la difusión de conocimientos militares, todo esto, por desgracia, es blanquismo ! De ello se deduce que el NKh. Marx y blanquistas marxista! Pobre Marx! Si sólo él podía levantarse de la tumba y escuchar el murmullo de N. Kh.!

¿Y quién dice Engels de la insurgencia? Engels, en un pasaje de su panfleto, hablando de los españoles en aumento, en polémica con los anarquistas, dice:

"Esta insurrección, aunque inició precipitadamente, habría tenido muchas posibilidades de victoria si hubiera estado guiada con un mínimo de inteligencia, si sólo se tratara de la moda de los levantamientos militares españoles, como la guarnición de la ciudad se levanta sobre la marcha ciudad más cercana, atrae hacia sí la guarnición de esa ciudad y ha trabajado ya de antemano, como engrosamiento de la avalancha, se lanza en la capital, luchando hasta la una o la aprobación favorable a su lado de las tropas enviadas para luchar contra ella decide victoria. Este método es particularmente apropiado en este caso. Es hora de que los insurgentes estaban por todas partes voluntarios organizados en batallones (escuchar, becarios, Engels habla de batallones!) en realidad su disciplina era muy pobre, pero sin duda no peor que los restos del ejército español de edad, sobre todo desglosados. El gobierno de las tropas de seguridad sólo eran los gendarmes (Guardia Civil), sino que se extendió por todo el país. Debe ser, ante todo, para evitar la concentración del contingente de gendarmes y esto era sólo alcanzable mediante la adopción de la ofensiva y aventurarse a salir a la luz ... (atención, atención, muchachos!). Pero si se quería ganar no había otra manera ...". Más tarde,Engels critica la bakuninistas por haber elevado el principio de que debería haberse evitado ", precisamente la fragmentación y la dispersión de las fuerzas revolucionarias, que permitió a los ejércitos del gobierno aplastar una revuelta tras otra" (ver el trabajo en bakuninistas Engels ) [ 6 * ] .
Así habla el conocido marxista Friedrich Engels ...

Batallones organizados política ofensiva, la organización del levantamiento, la unidad de las insurgencias distintas: esto es lo que es esencial, según Engels , a la victoria de la insurrección.

De ello se deduce que el N Kh. Marxista y Engels es blanquista! Pobre Engels !

Y no sería todavía. Afirmamos que las tácticas propuestas por N. Kh. en realidad subestima y niega la importancia de las armas, destacamentos de rojos y experiencia militar. Esta es la táctica de la insurrección desarmada. Esta táctica nos anima a "la derrota en diciembre". ¿Por qué en diciembre no teníamos armas, el despliegue, experiencia militar, etc.? Debido a que el partido fue una táctica generalizada como compañeros N.Kh ....

Sin embargo, tanto el marxismo como la vida real desmienten tales tácticas desarmado.

Así habla de los hechos.

Firmado: Koba.

Notas del autor:
[ 1 ] N. Aquí Kh. sustituye la palabra "decir" la palabra "cuando", lo que altera el sentido un tanto.
[ 2 ] N. Aquí Kh. omitido las palabras "gobierno" (ver "Akhali Tskhovreba, N º 6).
Notas del editor:
[* 1] Simartle (Verdad), revista literaria y política de los mencheviques georgianos, fue fundada en Tbilisi en 1906.
[ * 2 ] K. Kautsky y J. Guesde que el tiempo no había pasado todavía por el oportunismo . Bajo el impulso de la revolución rusa de 1905-1907, que ejerció una gran influencia en el movimiento revolucionario internacional y, en particular la clase obrera de Alemania, Kautsky se pronunció sobre varias cuestiones en el espíritu de la socialdemocracia revolucionaria.
[ * 3 ] Akhali Tskhovreba (Vida Nueva), publicado en 1906 Tiflis bolchevique día 20 de junio al 14 de julio, dirigida por Stalin. Los empleados permanentes del periódico fueron M. Davitachvili, G. Telia, G Kikodze, etc. En total, 20 números fueron publicados.
[ 4 * ] La cita está tomada del artículo de Lenin "La situación actual en Rusia y la táctica del Partido de los Trabajadores de la" (Obras, cit., vol. 10, pp 98-99), publicado por primera vez en Patíinie Izvestia (Noticias Parte), una agencia del Comité Central del POSDR Unificado, que fueron publicados ilegalmente dos cuestiones en San Petersburgo en la víspera del IV Congreso ("unificada") de las Partes.
[ * 5 ] K. Marx - Engels, F., "El año 1848 en Alemania y Francia" (Il en 1848 fue Alemania, y Francia), Ediciones Rinaseita, Roma, 1948, pág. 99.
[ * 6 ] F. Engels, Die Arbeit an der Bakunisten (Los bakuninistas en el trabajo), publicado en Volksstaat , 31 de octubre, 2 y 5 de noviembre de 1873.